Los recuerdos a veces son imborrables ya que han marcado algo importante en la vida de cada persona y quedan estampadas en la mente como un sello de presencia, en la cual se fue parte, y con el tiempo ya no queda nada, son etapas del desarrollo de cada barrio o ciudad.
En estos instantes se me vienen a la memoria el barrio La Chimba donde en su esquina estaban cuatro negocios de abarrotes que perduraron hasta que sus dueños fueron muriendo y también por el paso del tiempo y la modernidad.
Estos cuatro eran de Don Tomas, de Don Guillermo, de Don Lucas y el de Don Alberto . Me siento parte de esa historia tan rica donde llegaba gente de varios lugares a realizar sus compras, era el tiempo donde ese sector tenía un gran movimiento porque además estaba la Bodega de Don Humberto, la panadería Rojas y el Mercado Municipal.
Pero también estaban las familias que también ocupaban y le daban cierto enjambre a ese sector. A lo mejor me van a quedar algunos nombres al margen pero no por eso no son importantes, la Señorita Ernestina, la familia Halty, el Rubio Hurtado que vendía huevos y tenía su criadero donde los producía, los Meyer, los Huerta y tantos otros que sus rostros los tengo marcados pero no sus nombres.
Las largas pichangas que jugábamos hasta el anochecer, los viajes al rio que eran como esos cuentos de las aventuras de Tom Sawyer; el bosque, el estadio, los caminos polvorientos para llegar al rio, y los domingos nos colocaban la mejor ropa para ir a misa en la Parroquia Corazón de María. Si solo recordar me emociona ya que cuando voy a esa querida ciudad siempre trato de recorrer esos sectores para llenarme de la nostalgia que para mí van a permanecer siempre como algo sublime, imborrable donde pase mi niñez. Conocí a personas pero sobre todo el respeto por cada uno de ellos que marcaron una impronta en ese querido barrio.
Siempre es bueno recordar para valorar lo que han dado personas anónimas en el crecimiento de esa ciudad de Ovalle y para que otros también recuerden los barrios que marcaron la niñez en esos años de los 60 a muchos, donde florecía el respeto y la tolerancia.
Me quedan muchas otras cosas en mi recuerdo que un día también las contaré para que seamos muchos los Ovallinos que donde estemos tengamos presente cada día lo hermoso que fue vivir en ella y ser parte de su historia.
Hugo Ramírez Cordova.
