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Reforma tributaria de Bachelet logró efecto contrario: La tasa de crecimiento de la recaudación de impuestos se desplomó de 12,4% a 3,7%.

Lamentablemente esto era algo de esperar al ver con la desprolijidad con la que se trataban y aún se tratan temas tan sensibles para la ciudadanía como son educación, salud, vivienda, seguridad pública, condiciones laborales y su remuneración, impuestos y un largo etc. De las 3 reformas más relevantes de la Nueva Mayoría que tienen como propósito central la redistribución de la riqueza como son la reforma tributaria, que buscaba obtener un pedazo más grande de la ganancias de las empresas y de las personas; reforma educacional, que busca bloquear a los colegios que “lucran” y a las universidades privadas, que son a juicio de éstos, las que se han llevado parte importante de las matrículas (no por chupasangres ni tacaños, sino porque lo han hecho mejor); y reforma laboral, que lo único que plantea es una lucha entre trabajadores y empresarios y que entrega un poder sin contrapeso a una cúpula sindical.

En esta oportunidad nos centraremos en la reforma tributaria que logró el efecto contrario para el propósito que fue creada. El año pasado, los ingresos pagados al Fisco de las empresas cayeron en -0,8%, pese a que en el mismo período subieron fuertemente los impuestos; frente a esto, el presidente de la Sofofa, (Bernardo Larraín), afirmó que se había caído el “mito” levantado por el Gobierno, de que a mayor impuesto mayor recaudación fiscal. De hecho, la Tesorería General de la República realizó un sorpresivo anuncio en donde indicó que durante el año 2016 los ingresos tributarios de las empresas cayeron en -0,8%, pese a que habían aumentado los impuestos de un 22,5% a un 24% en el mismo período; (periodo sumamente recordado, pues en dicha oportunidad se generó el “primer round” entre el presidente de la Sofofa (Bernardo Larraín Matte) y el Gobierno.

Esto no sólo deja en evidencia de que la reforma tributaria no está recaudando lo prometido por la Presidenta; sino que posee un pésimo equipo de Gobierno y que no escucha cuando se le habla de la vereda política contraria al advertirle de las falencias de las que adolecen sus proyectos estrellas y todo esto en miras netamente del futuro de Chile de contribuir en enaltecerlo y no en obstaculizar sus promesas de campañas.

La postura de Larraín obtuvo el apoyo de otros líderes gremiales, como es la de Luis Schmidt, de la Fedefruta, quien afirmó que la creencia de que “más impuesto a la empresa significa mayor recaudación, no es así necesariamente, porque éstas pagan de acuerdo a sus utilidades”.

Tras la implementación de la polémica reforma tributaria, a pesar de que el Gobierno nos quiera hacer creer que ésta es maravillosa, la realidad muestra que en estos 3 años de Gobierno de Bachelet la tasa de crecimiento de la recaudación de impuestos se ha desplomado respecto del Gobierno anterior. Es cosa de que observemos el período entre 2010 a 2013 (el período inmediatamente anterior a la reforma), aquí el Fisco tuvo una tasa de incremento promedio en los fondos recaudados por impuestos de 12,4% y en el periodo 2014 a 2016 (después de la reforma), la recaudación del Fisco se desplomó a 3,4%, según las cifras de la propia Dirección de Presupuesto (Dipres) del Ministerio de Hacienda. Todo ello, en línea con el bajo crecimiento económico de 1,8%, promedio, durante esta administración. Además, durante 2010 a 2013 la recaudación tributaria no minera aumentó en $2.167.597 millones, promedio anual, cifra que se redujo en 45% en el período 2014 a 2016 a $1.490.544 millones, es decir, $677 mil millones (US$1.000 millones).

Juan Bravo, investigador de Clapes UC; sostuvo que “desde un comienzo habían advertido que la reforma tributaria iba a tener consecuencias negativas sobre el crecimiento económico; sin embargo, esto no significaba que no se pudieran hacer reformas, sino que éstas debían ser bien diseñadas para así minimizar su impacto negativo en el crecimiento y que de hecho, habían planteamientos alternativos que permitían recaudar lo mismo, pero con un costo mucho menor en crecimiento económico”. Palabras muy sabias que de haber sido escuchadas tendrían a Chile en un escenario muchísimo más favorable, pues como un hecho inédito un estudio de Libertad y Desarrollo concluyó que “los compromisos de gasto hacia el futuro son incompatibles con la convergencia del déficit establecido por el Ministerio de Hacienda, es decir, el próximo Gobierno heredará holguras negativas que serán difíciles de revertir”. Lo que no es solamente impresentable sino alarmante.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl