La semana pasada nos referimos a las potencialidades que nos ofrece el turismo y, que si se realiza una buena conjunción entre los privados, el estado y la comunidad nos puede brindar un crecimiento interesante pero, con solo el turismo, no podemos alcanzar un desarrollo pleno.
De allí que, debemos pensar como logramos comprometer a todos en buscar soluciones concretas y realizables y no fantasía, como lo son, los hipotéticos túneles de Agua Negra que, además de concretarse, con suerte sería por los años 2045 y con una rentabilidad bastante discutible.
Debemos recordar que, en artículos anteriores, hemos manifestado que tenemos carencia de agua, pero, siempre me recuerdo que años atrás, vino un experto israelí a hablar sobre el tema y después que lo pasearon por la zona, expreso: “de que escasez de agua me hablan, sí ustedes tienen de sobra”. Se refería a que nosotros en ese tiempo y ahora seguimos igual, en el sentido de que no la sabemos utilizar por diversos factores como ser; diversas instituciones que tienen que ver con el recurso, continuación de los emisarios submarinos en La Serena y Coquimbo (además contaminan las aguas de mar), plantación de especies de consumo de mucha agua, insistencia de sobrepoblar con habitantes en la conurbación y más encima sobre suelos agrícola, entre otros.
Otro aspecto interesante a considerar es que somos un país minero y ella ha sido el pilar de la economía, desde sus comienzos históricos, por ende, debemos saber aprovechar esa cualidad y no pensar que es un perjuicio para la comunidad, al contrario, hoy en día es amigable con el medio ambiente. Además, todo lo que usamos está en base de minerales, por eso, es algo vital para las personas y en esta región nos reconocemos como zona minera y tenemos un personal super calificado para trabajar en ella.
Un tercer aspecto que debemos colocar atención es, en la producción agrícola, en cuanto a no seguir con productos que no tienen mercado y de aquellos que necesitan de mucha agua, por eso es necesario sentarse a conversar como llevar a efecto la reconversión agrícola con especies adecuadas al tipo de clima que tenemos y, que ya lo hemos propuesto con buenos resultados.
Con lo expuesto, podemos deducir que es hora de ponernos serios y enfrentar con realismo y pragmatismo el futuro de la región y abordando estos puntos, resolveríamos parte del problema de estancamiento de la región y mejoraríamos nuestra condición de vida.
Octavio Álvarez C.
