Si bien es cierto que el estudio, licitación y adjudicación de tamaña obra e inversión que se realizó y que aún se realiza en la ruta D-43, aconteció durante el primer mandato del Presidente Sebastián Piñera; no es menos cierto que la responsabilidad de que se elevaran los precios del peaje de la ruta D-43, es de la administración anterior. Pues ellos solicitaron que se realizaran obras adicionales de las contempladas en el contrato inicial, las que provocaron un incremento significativo en la inversión que realizó la concesionaria, que fue de alrededor de 500 mil UF, los cuales equivalen aproximadamente a 16 mil millones de pesos, que debían haber sido absorbidos por el Ministerio de Obras Públicas (MOP), según se había acordado; pero que finalmente decidieron traspasarle el costo al usuario por medio del cobro de un peaje mayor.
Por lo tanto, el Decreto 94 de agosto del 2017, implicó modificaciones al contrato original, lo que por lógicas y obvias razones, alteró los valores proyectados inicialmente, reajustando en un 17% el costo original del peaje, sobre el valor máximo permitido por la Ley de Concesiones.
Y por si fuera poco, a pesar de no estar terminada la obra, la concesionaria habría comenzado a cobrar a los automovilistas el valor de $2.900 por pasada, la que logró ser rebajada temporalmente (mientras se terminan las obras y se inaugure la obra) por nuestras autoridades al valor de $2.500, que para las personas de nuestra provincia es aún muy elevado, pues somos personas de trabajo que nos cuesta ganarnos nuestro sustento. No pedimos que no se cobre o que no exista el peaje; sino que lo que se cobre sea un precio justo, acorde a la realidad económica de nuestra región y sobre todo a la de nuestros compatriotas limarinos.
Por lo demás, el valor del cobro del peaje en la ruta D-43, no sólo trae como efecto el empobrecimiento del ingreso familiar, pues por ejemplo un joven que debe viajar todos los días para estudiar en La Serena o Coquimbo y se desplaza en bus, su pasaje hoy es más caro pues éste provocó un alza en el precio de los pasajes, puesto las empresas de transportes decidieron traspasarle el aumento de sus costos a los usuarios, lo que genera al corto, mediano y largo plazo un empobrecimiento y desgaste en el presupuesto familiar; misma situación que ocurre con aquellas mercaderías que son trasportadas por camiones de carga, que al momento de llegar a su interventor final han aumentado de precio debido a éste traspaso de costo al consumidor final y que también ha golpeado y golpea al turismo de la provincia, ya que el alto costo del peaje, resultó ser un desincentivo para emprender el viaje.
Además de todo lo anterior, debemos sumarle todaslas problemáticas que aún se generan por no estar la obra concluida, pues por ejemplo: la señalización es bastante confusa, lo mismo ha ocurrido a causa de la falta de iluminación ode carteles reflectantes que adviertan al conductor del peligro que se avecina y que en condiciones normales no existiría, la falta de término en algunas pasarelas o su mala planificación e implementación como ocurrió con la pasarela de Lagunillas que se construyó sin ningún destino, debiendo ser modificada y mejorada sobre la marcha y así podría estar enumerando una serie de falencia que aún tiene la ruta y por la cual no debiese aún cobrar o bien un precio mucho menor al actual.
Como dije anteriormente, no se pide que no se cobre, pues el Estado adquirió un compromiso con la concesionaria por medio de un contrato y éste debe cumplirse, pero de manera justa para ambas partes. Por ahora existen dos soluciones y que son que el Estado dé un subsidio mayor por parte del MOP, cómo había quedado de hacerlo o bien que haga una modificación vía ampliación del contrato de concesión por más años, con el objeto de bajar el precio del peaje.
Susana Verdugo Baraona.
