Saldremos adelante.

Estos últimos días me han llevado a recordar lo que viví hace más de 40 años, cuando la izquierda de la época destruyó social y económicamente al país y veo con espanto como lo están tratando de hacer nuevamente.

Hoy la izquierda más radical, esa que le niega “la sal y el agua” al pueblo que dice proteger y representar, esa que hizo un llamado a la desobediencia civil, entiéndase con ello al Partido Comunista y al Frente Amplio, fueron los únicos Diputados que votaron en contra de disminuir el número de parlamentarios y bajar por ende el gasto público del Congreso; ellos que se dicen ser los defensores del pueblo, someten a ese mismo pueblo a las peores miserias mientras se abusa del poder.

Los que amamos este país y queremos que se normalice lo antes posible, que derrotemos la violencia, el vandalismo, la destrucción y el odio que se ha diseminado en las calles; también estamos hastiados de los abusos como el tener que mantener con nuestros impuestos a más de 3.000 falsos exonerados, a los que evaden el Transantiago, a los empleados públicos que realizan huelgas ilegales y que perjudican a todos, también estamos aburridos de la justicia garantista que protege a los delincuentes y no a las víctimas, justicia que le otorga por lo demás impunidad a los encapuchados y no a los pequeños productores a las pymes, etc.

Así podría estar diciendo un sinfín de situaciones que a las personas que nos levantamos día a día para ser un aporte para el país nos tienen agotados; pero, sin embargo, ninguno de esos abusos justificaba la violencia criminal que estamos sufriendo  y que paralizó en cierta parte al país, pues, al final los únicos perjudicados justamente fuimos nosotros mismos.

A mi modo de ver, seguir en las calles protestando sobre todo cuando se hace de manera no pacífica, paralizando el país, causando daños no sólo a los bienes públicos, sino también a los negocios de privados, siendo éste su fuente de ingresos para sustentar a su familia como es por ejemplo una panadería, un quiosco, un bazar, etc. no va a mejorar nada, muy por el contrario, empeorará la situación.

El llamado ya fue realizado y acogido por el Poder Ejecutivo y por la mayor parte del Poder Legislativo, sólo resta esperar prudentemente y recordar al momento de sufragar en las elecciones municipales del año que viene (2020) quienes fueron los que escucharon y quienes fueron los que hicieron oídos sordos a las “demandas populares”. Pues la idea es que tampoco se legisle bajo presión con el sólo propósito de “calmar los ánimos”; sino que se legisle seriamente con miras claras de generar soluciones concretas a mediano y largo plazo. Estando en las calles paralizando el país y causando daño, solo sirve para destruir y dilatar aún más, el bienestar de nuestra Nación.

Unámonos nuevamente como lo hemos hecho tantas otras veces para levantar a nuestro Chile querido del suelo, ésta vez no será por las inclemencias de la naturaleza como un terremoto, un alud o de las cenizas por las llamas que abrazaron más de un tercio de nuestro territorio nacional, hace unos años. Pero sé que todos juntos y con buena voluntad, saldremos adelante. ¡Viva Chile!.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl