InicioultimasOpiniónSicópatas en internet: ¿Sabes quién te mira?

Sicópatas en internet: ¿Sabes quién te mira?

En los últimos meses, aprovechando mi retiro del periodismo, me entretengo en casa revisando antiguos textos de relatos, o proyectos de novela ya avanzados. O consumiendo decenas de novelas policiales, del género “negro” o simplemente best seller sin más afán que entretenerme.

Uno de los últimos que leí fue la novela “el Club de los Sicópapas”, de un reputado autor  de productos de consumo masivo, como es John Katzenbach,  que narra cómo cinco sujetos admiradores de Jack el Destripador, se conocen a través de las redes sociales para formar el denominado Club de los Muchachos de Jack que tienen una singular  afición común:  asesinar.

No se conocen entre ellos – solo por sus apodos – y residen en distintos lugares del país, y a través de internet intercambian sus experiencias homicidas o planifican la búsqueda de nuevas víctimas. Hasta que de pronto irrumpe la tranquilidad del grupo un adolescente que, aprovechando sus conocimientos de computación se sumerge en la “Dark Web” y ha dado con  la página del singular grupo. Además de eso,  se burla de ellos desconociendo el nido de avispas contra el que se ha estrellado.

En las semanas siguientes Connors, su polola y sus abuelos, comienzan a vivir una verdadera pesadilla, porque se dan cuenta que los sicópatas van detrás de ellos, y no obstante hacen la denuncia a la policía, estos no los toman en serio.

Es una novela que en realidad no está a las alturas de otras del mismo autor, aunque aborda un tema muy actual y controvertido: la relación de los adolescentes con las redes sociales. Y el mismo Katzenbach reconoció en una entrevista de prensa que uno de sus intereses principales con el tema era “saber cuan malvado puede ser el internet”.

¿Se ha preguntado usted ¿qué está haciendo su hijo en estos momentos encerrado en su habitación, “chateando” con sus amigos?… pero ¿está realmente chateando con sus amigos, compañeros de curso, vecinos? ¿o está explorando en la profundidad de un espacio infinito, en el que puede encontrar desde información para sus tareas en el colegio,  deportiva, de cine, de literatura, pornografía o — como es el caso de esta novela – sicópatas acechando. Por ejemplo el adulto que se hace pasar por adolescente para enganchar con una ingenua adolescente. O la muchacha que se saca una selfie, en actitud provocativa para subirla al ciberespacio sin saber quiénes pueden estar viéndola y con qué intenciones.

Pero confiese ¿ al encender el computador no ha sentido alguna vez la tentación de abrir esa página ilustrada con una atractiva muchacha con prendas íntimas?. Parece la Caperucita Roja… ¿Pero no será el Lobo?

Ahora, ¿Qué tan lícito es como padre, empezar a controlar lo que ven sus hijos en el computador pensando en los peligros que pueden acecharle? ¿O es suficiente la educación y la confianza que debería primar entre ambos?

Es una pregunta para analizar.

M.B.I.

OvalleHoy.cl