Señor Director:
Le escribo porque una vez más las parcelas de Talinay han sido víctimas de robos. Contrariamente a lo que esperábamos con el advenimiento de la modernidad que traen consigo los parques eólicos, hemos sido objeto de los más deleznables saqueos a nuestras casas. Delitos que no se han detenido y que continúan impunes.
La empresa que construye los parques eólicos, arregló los caminos comunes que pasan por nuestras parcelas y por los cuales mantienen un constante tráfico de camionetas, camiones y maquinaria. Sus instalaciones, así como su maquinaria y repuestos, también son objeto constante de los delincuentes, que al parecer gozan de absoluto albedrío para cometer sus fechorías.
El jueves diecisiete de octubre, me tocó el turno a mí. La casa más antigua en estas parcelas. Violaron cadenas y candados, cortaron el cerco perimetral, forzaron puertas, y la desvalijaron completamente. Sin mencionar los daños causados a la propiedad, entre otros muchos, al arrancar televisores, lámparas y cuadros adosados a los muros.
Lo más grave, es la insuperable sensación de vulnerabilidad que queda instalada. Son diez años de mucho esfuerzo, construyendo y habilitando un lugar para que estos maleantes, que deambulan con total desparpajo por la zona -utilizando vehículos- den cuenta de todo aquello que puedan acarrear.
Ciertamente, Talinay ya no es un lugar seguro. La escalada delictual que comenzó en esta zona aproximadamente hace un par de años, goza de excelente salud y es -cada vez- más abundante, osada y peligrosa.
Un especial agradecimiento quiero expresar a la excelente disposición que encontramos en el señor Fiscal Jefe de Ovalle, así como en Carabineros de la 3° Comisaría de Ovalle, Radiopatrullas de la Tenencia de Carreteras del Limarí y en la S.I.P. de Carabineros, actualmente a cargo de la investigación.
Esperamos confiados en que las instancias policiales y judiciales nos ayuden a reducir esta lacra que se ha apropiado de un sector otrora tan tranquilo, y que hoy los delincuentes han tomado para sí.
Reciba mis agradecidos respetos,
Alejandro Bloomfield
