Desde la escuela Arturo Alessandri Palma, la vieja Escuela 7 de Ovalle, recibí una invitación para concurrir ayer lunes a conversar con los alumnos en el contexto de la celebración del Día del Libro y la Lectura.
Ahí estuve puntualmente (la puntualidad, es mi mejor, sino única virtud) a las 11. 15 horas para ser recibido por la profesora Nelly Lazo, la encargada de la actividad.
También había montada una pequeña exposición de libros infantiles y de escritores ovallinos, que apenas sonó la campaña anunciando el recreo fue derechamente asaltada por niños de todas las edades, que los revisaron ansiosos de encontrar algo entretenido.
Luego me correspondió responder al interrogatorio de dos de los alumnos de cursos superiores, preguntas relacionadas a mis libros y a mi quehacer como escritor; las que traté de responder en la medida de mis posibilidades y del bullicioso entorno.
Es que estaba rodeado de un sin número de alumnos pequeños que se acercaban a preguntarme con curiosidad si en verdad yo era el papá de la “Tía Bárbara” (mi hija menor), y me abrazaban emocionados cuando oían la respuesta afirmativa.
Y descubrí con asombro que para ellos era mas importante saber que yo era el padre de la Tía, que el famoso escritor, según me presentaron a través de los parlantes.
Mi hija me contaría posteriormente alguna de las inquietudes de los niños más pequeños:
– Tìa, ¿Su papá es famoso? ¿Tiene una casa con muchos autos y piscina?
– ¿Banic? Su papá tiene nombre de detergente ¿sabe?
– ¿Mario? ¿Es Super Mario, ah?
Y así
Para mí fue altamente interesante compartir estos minutos con los niños, responder a sus preguntas. Pero en especial fue emocionante el observar a la distancia el cariño que los mas pequeños expresaban en el patio a mi hija Bárbara, conversando con ella y abrazándola espontáneamente. Y también aproximándose a mí para también rodearme la cintura con sus brazos, haciendo extensivo su cariño.
Cuando me marché, lo hice con el corazón más liviano. De haber pasado un grato momento y, en especial, comprobar que después de todo no sólo he sabido escribir libros, sino ademàs formar hijas como buenas personas y mejores profesionales. Siempre lo he dicho; ellas son mi mejor obra.
Estoy orgulloso de ti hija.
Mario Banic Illanes
Escritor
