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Todo estaba bien hasta que apareció mi hija

A cinco minutos de empezar la presentación de mi libro “El Viejo Escritor” en la FILSA en la noche del martes, se apareció la Bárbara, mi hija menor y todo se me vino abajo.

Es que horas antes me había despedido de ella en Ovalle y desconocía que hubiera viajado en secreto junto a su pololo, Iván, para acompañarme en Santiago.

Las ganas de llorar, la emoción, la sorpresa, todo junto. Y lo que tenía preparado para hablar se me fue literalmente a la cresta.

Explico: Esta iba a ser la presentación de un libro mío más tranquila y controlada de todas. Sabía lo que tenía que hacer y decir, el tiempo que iba a ocupar, etc. Además el público que había en la “sala” se advertía receptivo y amistoso.

Es verdad que hubo pequeños contratiempos previos, pero nada importante. Por ejemplo la ausencia de un presentador para los tres escritores que estaríamos – Benjamín León y Nanette Vergara, a quienes conocí sólo minutos antes de empezar – , pero ya estaba acostumbrado a improvisar , así que no sería problema.

Todo OK.

Entonces apareció la Bárbara, y se me hizo un nudo en la garganta. Se me pusieron tembleques las piernas, me dieron ganas de llorar, etc.

La Pepita desde pequeña me ha acompañado en gran parte de las presentaciones de libros míos, en distintas ciudades. Se suele instalar en primera fila a escuchar y a observar en silencio. Aunque después siempre me tire las orejas por algo que hice o dije.

– Volviste a ponerte tartamudo – dirá.

Ó
– Le voy a decir a la mamá que dijiste malas palabras.

Ó bien:

– Dijiste lo mismo que en La Serena o en Coquimbo… ¿Porqué no cambias, ah?

En fin.

Y si bien el martes llevaba un punteo en un pequeño torpedo, empezando mi intervención este se me cayó al piso y tuve que seguir adelante sin su ayuda. En mi atolondramiento, para intentar retomar las ideas, recurrí a contar algo gracioso pero que nadie pareció entender.

Ella movió la cabeza, a uno y otro lado. “ Mmm… te dije que no contaras chistes fomes.. Le voy a decir a la mamá“, era su expresión reprobatoria.

Y entonces la presentación se fue para el lado de los quesos. Tanto que en un momento me interrumpí para preguntar:

– ¿Estoy un poco disperso parece?.

La Bárbara fue la única que movió la cabeza, de arriba abajo.

Se trataba de presentar mi último libro “El Viejo Escritor y otros Cuentos” publicado gracias al financiamiento del Fondo Editorial del Gobierno Regional, actividad que estaba programada para las 20.00 horas del martes 7.

Luego de mi llegada a Santiago, en las horas previas, mientras se llegaba el momento de mi participación, aproveché de recorrer el recinto del Centro Cultural Estación Mapocho a todo lo largo y ancho. Me pareció una Feria más des jerarquizada que otros años: poca oferta de títulos, y libros igual de caros que en las librerías de afuera, ausencia de escritores conocidos. ¿No era la FILSA la fiesta en la que durante todo su desarrollo se reunían todos los autores para mantener contacto con sus admiradores, firmar libros, intercambiar ideas con sus colegas? esta vez sin embargo brillaban por su ausencia.

Ya me lo habían advertido amigos que la habían visitado en los días previos y algunas notas de prensa.

Pero vamos, pensé.. ¡siempre es la Filsa, no? . Y yo estaba ahí.

Un par de horas antes había asistido a la presentación del Libro El Tunel 2.0, una antología poética de la Región de Coquimbo y la Provincia de San Juan, encabezada por el prologuista Arturo Volantines, y para apoyar a mi amiga Yanny Morales , escritora ovallina que estaba incluida en la muestra.
Lamentablemente no estuvo presente la contraparte argentina. Se explicó que habían privilegiado su participación en una Feria literaria que se realizaría en los días siguientes en Coquimbo.

Después conversé unos momentos con los muchachos encargados del Stand del Gobierno Regional de Coquimbo (el único puesto de una región presente en la muestra cultural) y curioseé los textos de autores regionales que había en exhibición. Mis libros habían sido “superventas”: dos ejemplares.

Finalmente esperar la hora de la presentación que tendría lugar en un espacio en la misma sala de la Feria, llamado Foro del Autor , que a algunos no les gustó porque en lugar de asientos tenía bancas rusticas, pero a mí me pareció perfecto, porque había un contacto directo con la gente que circulaba por los pasillos y se detenía unos momentos a escuchar.

Y comenzó a llegar el público, la mayoría amigos y familiares de los tres expositores. Entre ellos mi sobrino Gonzalo, hijo de mi hermana Niksa que reside desde hace muchos años en Santiago, y mi amiga Yarella Carvajal que con su minifalda se instaló en los primeros asientos contribuyendo a mi posterior desconcentración. ¡Gracias Yarella por tu apoyo!!

Luego hicieron su llegada los expositores: el poeta Benjamín León , ganador del XXXIII Premio Hispanoamericano de poesía Juan Ramón Jiménez en Huelva, España , y al filo de empezar lo hizo la antropóloga Nanette Vergara. Una buena oportunidad para conocernos, los representantes de los tres ríos de la región : Elqui, Limarí y Chopa.

Fue entonces cuando vi aparecer a la Bárbara, mi hija.

Y ahí se me hizo ese nudo en la garganta, me dieron ganas de llorar y se fue a la cresta toda mi tranquilidad y ocurrió todo lo que ocurrió.

Ahora, no sé qué va a decir la Gorda, mi esposa cuando de regreso a Ovalle, sepa que tartamudeé, que dije palabrotas, conté chistes malos, y todo eso.

Porque la Bárbara igual le va a decir. Aunque tal vez aun pueda comprar su silencio con un par de bandejas de Sushi o algo así.

Bueno, de regreso a Ovalle en el bus pensaré algo. Para eso sirve ser escritor ¿no? E inventar una historia creíble… o mas o menos.

– Es que, Gorda, lo que pasó fue que ….

Mario Banic Illanes
Escritor

OvalleHoy.cl