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Un libro de tapas verdes

Don Mario venía apurado y sacó de una bolsa de cartón el pasado lunes cerca de la dos de la tarde un nuevo libro y me dijo que eran unos relatos de juventud y otros breves cuentos.

Lo dijo sin darle importancia.

Al extraerlo de la bolsa observé que era un libro de tapas verdes  recién llegado  desde la editorial Gráfica Metropolitana  cuyo título se podía leer a metros “Siempre el mismo Río” 

Me pidió un lápiz de pasta y se sentó  solo unos momentos para dedicárselo “a la señora Matilde con el aprecio del autor “ 

Firmé unos trabajos pendientes  que “subí”  al portal de internet 

Ya siendo casi las tres de la tarde de ese  mismo  largo lunes;  cerré la computadora  y me dirigí  a cumplir  con el encargo  de entregar ese  libro de tapas verdes  a quien estaba dedicado.

Al día siguiente al  volver a su casa en calle independencia   siendo  esta vez un poco más temprano,  me  dijo contenta que el libro le había encantado y la hizo sentir de nuevo su  niñez en los años 1930 en Vicuña  

Cuando  sus  calles eran de tierra y las moras  al caer manchaban las baldosas grises  que habías sido puesta por el Alcalde Reyes  en el mismo sentido que bajaba la acequia regadora.

Me contó entusiasmada que el libro de tapas verdes lo había leído de “una sentada” durante toda la tarde del lunes.

Intrigado esperé que llegase el fin de semana para leerlo con calma

Tenía razón;  el libro  de tapas verdes me condujo a una extensión de la imaginación y la memoria ajena  como si yo también lo hubiese vivido.

El relato “Puerto Saavedra “tiene un  cierre amargo  e inesperado.

El   texto que lo culmina  tiene también  un desenlace de alto vuelo que no pasa inadvertido a quienes  ya tenemos sus años.

Hace meditar  muy seriamente a quien puedan  tener más de  años y  durante su vida han tenido leales  colaboradores.  

Don Mario  se auto confiesa  influenciado por  Ernest Hemingway en su primer libro de relatos, “En nuestro Tiempo” O en el William Saroyan de “en Mi nombre es Aram”.

No soy un erudito ni menos un  gran lector

Pero creo que don Mario Banic alcanzó en el relato final  el estilo y espíritu  del inmortal   Chejov.

Un desenlace que permanece en el inconsciente del lector a pesar que el tema no tiene apenas trascendencia.

Felicitaciones don   MARIO   BANIC ILLANES, su trabajo es un gran aporte a la cultura nacional

Sin duda vale la pena leerlo!!

                                               SERGIO PERALTA MORALES

OvalleHoy.cl