Todo empezó cuando desde la Fundación Cachupines Sin hogar de Ovalle hicieron un desesperado llamado por la existencia de un perrito que estaba en el agua de un estanque de regadío y no podía salir.
“Urgente nos avisan de este perrito en un estanque, la persona que nos mandó la foto está sola y no puede sacarlo. Por favor alguien que pueda contarse con bomberos o alguien más cercano que pueda ayudar – comenzaba el llamado efectuado a través de redes sociales-
“Está en el camino que une Huamalata con las canchas de la salida norte. No sabemos cuánto rato lleva en el agua”, agregaba el mensaje.
En efecto, alguien se comunicó con la Séptima Compañía de Bomberos de Media Hacienda , cuyos voluntarios concurrieron en los minutos siguientes con los elementos necesarios para rescates de este tipo.
Los voluntarios se llevaron una sorpresa al llegar, porque en realidad eran dos los perros que se encontraban en el agua, ya desesperados porque no podían salir pues resbalaban en la pendiente cubierta con membrada. Es más, eran dos jóvenes galgos casi al borde de la hipotermia.
La actuación de los “chicos buenos” de la séptima se ganó los aplausos de la comunidad de internet, que erigieron su capacidad de reacción y la disposición para concurrir a actos tan humanitarios como este.
Pero al mismo tiempo muchos expresaron su preocupación por estos grandes estanques de riego recubiertos con membrana plástica que cumplen el objetivo de retener el agua, pero que son un riesgo potencial para animalitos e incluso niños que pueden caer en el interior sin capacidad para salir . No pocos piden que sean rodeados por una malla perimetral que impida el acceso a ellos.
