InicioultimasOpiniónYo soy el Camino, la Verdad y la Vida

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida

Durante la última cena. Jesús dijo a sus discípulos: No se inquieten. Crean en Dios y crean también en Mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar? Y cuando hayan ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy.

Tomás le dijo: Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino? Jesús respondió: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por Mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Jesús le respondió: Felipe hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: Muéstranos al Padre? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en Mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en Mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en Mí hará también las obras que Yo hago y aun mayores, porque Yo me voy al Padre.

                                                                                                 Juan 14, 1-12.

La fe en Jesús, por ser cercanía de Dios, dignifica al ser humano. Sin embargo, Jesús es la mediación sin la cual no se llega al Padre;  Él es el camino, la Verdad y la Vida, es decir lo es todo. Es la revelación plena de Dios, si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre.

La realidad que vivimos hoy es dura y desesperanzadora, no vemos claro nuestro camino, pese a que hemos sido evangelizados por el cristianismo y nos profesamos seguidores de Jesús. Pero hoy en día nos inundan proyectos económicos que de hecho arrasan la vida en todas sus formas y para colmo se extiende el individualismo, de forma que se desarticulan los trabajos comunitarios y las redes sociales. Esto nos va esclavizando, crea dependencia y la marginación. Pareciera que en nuestra sociedad no hubiera una salida clara, así también va pasando en nuestra vida. Y hoy lo vemos con esta pandemia que está removiendo nuestro ser y vemos que no desarrollamos instancias de solidaridad, compromiso para un mejor cuidado tanto personal como comunitario, con políticas erradas de salud no entendiendo la verdadera magnitud que se está produciendo en el bien de las personas. En todo esto   no vemos el camino ni el rostro de Dios. La pregunta que circula a través de nuestra historia ¿Cómo vamos a saber el camino?

Es aquí donde toma fuerza la promesa de Jesús: no se angustien crean en Dios y crean también en mí. Para mantener la esperanza hay que hacer vida las palabras de Jesús, que debieran resonar con más fuerza en nuestra experiencia de fe. Jesús camina por aquí, dado que él está donde la vida, que es solidaridad e igualdad, se hace presente.

Jesús reafirma la necesidad de reconocer en él al Padre. El conocimiento que pide Jesús es algo más profundo que una mirada superficial o a la mera apariencia física, se trata de pasar de un pensamiento lógico, racional y frió, a un pensamiento que involucre otras dimensiones que tenga ojos para la realidad interior que encierra lo simbólico de la historia. Se necesita entonces una disposición real, afectiva y espiritual que involucre todos los valores del ser humano, incluida su corporeidad, su afectividad, su sensibilidad.

Jesús se propone a sí mismo como mediación a través de sus obras.

¿En tu vida de fe te dejas llevar por el camino que forjó Jesús en nuestra historia personal?

¿Qué sientes en este momento de tu vida de fe, las palabras y obras de Jesús?

¿Cómo vuelcas en tu vida este llamado que Jesús te hace?

                                                         Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl