En estos tiempos de tristezas, pandemias y restricciones impuestas por la presencia de este nuevo “Jinete del Apocalipsis”, a nuestra región nos llega una noticia muy estimulante – de esas que refrescan el alma -, en medio de tanto dolor y miedo.
Las positivas noticias llegan en alas de la poesía. Esas odas que nos hacen sentirnos pletóricos de buenas energías y de mejores sentimientos, en esta época de la dualidad dulce/amargo, día/ noche, blanco/ negro, vienen a reconfortamos sabiendo que uno de los nuestros, un ciudadano nacido en esta tierra, ha obtenido un muy merecido premio en un concurso de poesía convocado con el nombre de “Poesía en Viaje.
La convocatoria al concurso fue promocionada profusamente a través de los medios de comunicación, universidades y organizaciones, y a él postularon cerca de dos mil participantes, poetas de todas las edades venidos de los diferentes pueblos y villorrios chilenos, así como de las más diversas comunas de la capital. El certamen premiaría a los siete mejores poemas, elegidos por un exigente jurado integrado ni más ni menos que por tres Premios Nacionales de Literatura: Raúl Zurita, Manuel Silva Acevedo y Elicura Chihuailaf, entre otros consagrados vates.
Entre los cientos de participantes nuestro amigo, el profesor, escritor y poeta sotaquino, Fernando Ortiz Carvajal, estuvo entre los siete poetas premiados. En crónica del diario El Mercurio, del 4 de septiembre, señaló que se había inspirado en un poema de Diario de Muerte, de Enrique Lihn, y que escribía esporádicamente, pero que ahora, después del aliento de este premio, intentaría hacerlo con más frecuencia…Según Enrique Lihn -nos dice- hay dos cosas que se oponen a la muerte: el arte y el amor. Idea que Fernando intuyó en los últimos poemas escritos por aquel y que emplea como leitmotiv de su poema.
Escuchemos los versos profundos y sentidos del poema premiado:
De la admirable pintura de Mantegna
a Lihn le interesó el león
que a los pies del santo reposaba
Estaba Lihn en medio del camino
más bien al centro de la vida
Interrogándose la muerte
Mas yo, que aún no he sido condenado
veo de manera distinta la singular escena:
llaman mi atención las columnas
de piedra tras el santo, inescrutables
y sobre ellas el soberbio
capitel del templo
Maravíllanme, igualmente
los árboles erguidos, la ciudad lejana:
la muerte que olfatea y se inmiscuye
en la tenue luz de los contrastes
Por eso, mientras podamos admirar
un hermoso cuadro como éste
o bien, imaginando, una mujer
más bella que todos
los cuadros del mundo
para qué dolernos, digo
para qué precipitarnos:
desempaquemos nuestro equipaje
porque aún no es nuestro turno
Gloria a la poesía, estimulemos a los vates creadores para que con sus sentimientos llenos de esperanzas nos ayuden a un mejor pasar estos oscuros momentos que está atravesando la patria.
Saludos, amigo Fernando, felicitaciones, y a destapar el tintero y continuar impregnando el papel con poemas y relatos tan necesarios en estos tiempos apocalípticos, y que siga rodando por los campos chilenos la “Poesía en Viaje”.
Iván Ramírez Araya
Escritor
Rucahue/Chomio, Región de la Araucanía,
24 de septiembre 2020.