InicioultimasOpiniónAlameda de Ovalle: ¿Cómo compartir un espacio de uso público?

Alameda de Ovalle: ¿Cómo compartir un espacio de uso público?

El domingo en la tarde ocurrió en la Alameda de Ovalle una riña entre tres personas, que terminó con una mujer gravemente herida en una de sus piernas.

La víctima, de acuerdo a los antecedentes de testigos, fue herida de manera repetida por una mujer con el cuchillo proporcionado por su pareja, ataque que ocurrió en medio de la sorpresa y el horror de decenas de personas que en esos momentos se encontraban o circulaban en el lugar.

El ataque está siendo investigado por el Ministerio Público de Ovalle para establecer la dinámica de los hechos y los responsables. En principio se trataría de personas en situación de calle que suelen ubicarse en el sector.

En esta situación se pueden distinguir dos problemas diferentes.

El primero de ella de la existencia de una realidad preocupante en la ciudad: las personas en situación de calle (eufemismo de indigentes) , que son personas que han abandonado a sus familias, o que por diversas circunstancias han sido expulsadas de sus hogares y que viven el sectores aledaños a la ciudad (por ejemplo en la ribera del río) y durante el día se reúnen en el sector; o bien residen en la misma alameda, precariamente protegidos por estructuras públicas y ropa de abrigo que proporciona la comunidad. Muchos de ellos tienen asociados problemas de alcoholismo, drogadicción o enfermedades físicas y o mentales, viviendo de la caridad pública o de la comunidad, o realizando trabajos ocasionales como limpieza y cuidado de vehículos, limpieza de parabrisas o derechamente solicitando dinero a los transeúntes. Lamentablemente la mayoría utiliza una parte de estos recursos para adquirir bebidas alcohólicas en locales ubicados en el mismo sector y no para su alimentación.

Muchos de ellos concluyen falleciendo a los pocos años por el deterioro de su organismo por el consumo excesivo de alcohol y la mala nutrición.

Esto que podría creerse ayudaría a regular esta “población”, no ocurre

 

así porque en la actualidad existe una nueva generación, más jóvenes, atrevidas y agresivas y con expectativas de vida más prolongada .

¿Qué se puede hacer con ellos sin atentar contra su derecho a la libertad y al uso de los espacios públicos?

La segunda situación es la existencia de uno de los principales paseos  públicos de la ciudad como es el Parque Alameda.

Es un lugar tradicional de paseo y de recreación de los ovallinos, que en las últimas décadas ha venido siendo sometido a remodelaciones que apuntan, no sólo a hacerlo más atractivo, sino también mas acogedor . Un lugar de encuentro de la familia, en la que los jóvenes y las mujeres puedan hacer ejercicios en los lugares habilitados, los jóvenes reunirse sobre los prados a la sombra de una palmera, loa ancianos a la sombra de un árbol en uno de los tantos escaños, y los más pequeños divirtiéndose en los espacios de juegos habilitados para eso.

¿Pero quién podría llegar con tranquilidad hasta ese lugar a descansar o a recrearse con la familia si a pocos metros de ahí, hay un grupo de personas bebiendo alcohol, discutiendo, e incluso atacándose con cuchillas como ocurrió el domingo?.

El Municipio,  pensó que con la instalación de juegos infantiles y la presencia numerosa de padres y niños, estas personas se sentirían incómodos y se marcharían a otro lugar. Sin embargo ese proceso no se ha ido desarrollando con la rapidez que sería de desear.

En las últimas décadas ha sido discurso recurrente en las autoridades el de llamar a los vecinos a ocupar esos espacios públicos, plazas, alameda, parques, plazoletas, rescatándolos de la delincuencia. Evitando que ellas puedan ser ocupadas por sujetos que las utilizan para reunirse a beber, drogarse y hasta exhibir conductas inapropiadas.

Se menciona nuevos proyectos para mejorar la Alameda, incorporándole nuevas atracciones para hacerla aún más acogedora. ¿Pero cómo se desaloja de ella a los personajes que en los últimos años se han apoderado de ella?

Y surgen propuestas de los lectores: empadronamiento de todos los que cumplen labores como cuidadores de vehículos, limpiadores de parabrisas, etc, cada uno con un peto y un número identificatorio de gran tamaño. Mayor fiscalización de parte de la policía, evitando que beban abiertamente  y controlando con mayor rigor los expendios de bebidas alcohólicas cercanos. Pero al mismo tiempo entregando alternativas para aquellos que deseen vivir en la calle tengan lugares en los que estar bajo ciertas condiciones, respetando su derecho a su libertad individual ; prestándoles asistencia social, de salud, sicológica para explorar la posibilidad de reinserción en la sociedad.

¿Cómo conseguir el equilibrio? Los hechos del fin de semana son un llamado de alerta para tomar en serio el tema.

M.B.I.

OvalleHoy.cl