InicioOpiniónCarta al DirectorCARTA AL DIRECTOR: “Educación de calidad…??”

CARTA AL DIRECTOR: “Educación de calidad…??”

SEÑOR DIRECTOR:  En relación a uno de los tantos clamores ciudadanos pidiendo una “educación de calidad”, la pregunta es… ¿Qué se está haciendo realmente para lograrlo? Porque evidentemente y desde mi humilde perspectiva, no sólo se trata de inyectar más recursos económicos o una mayor y mejor infraestructura, o que cada cierto tiempo se evalúe a los Profesores; sin duda, es muy necesario, pero creo que la raíz de la solución NO está allí, eso es sólo una mínima parte.

En mi búsqueda por entender lo que es la educación de “calidad”, encontré un documento del Ministerio de Educación Nacional de la República de Colombia que dice:

“Educación de calidad, el camino para la prosperidad”, luego continua…

Entendemos que una educación de calidad es aquella que forma mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen con sus deberes y conviven en paz. Una educación que genera oportunidades legítimas de progreso y prosperidad para ellos y para el país”. (Desconozco lo que ha hecho este país en la mejora de la educación de sus ciudadanos y mucho menos si aplica lo que aquí refieren).  Lo único claro que tengo es que escogí dar a conocer este párrafo pues, me identifica al mil por ciento de lo que debiera entenderse según mi percepción por una “educación de calidad”; porque si hay algo de lo cual hoy adolecemos, es precisamente la falta de valores éticos, la falta de amor y respeto a la patria, el ser respetuoso con lo público, pero también con lo privado y desde la vuelta a la democracia, nuestros niños y jóvenes crecieron sólo conociendo sus derechos y nada más que “derechos” y la balanza en vez de lograr el equilibrio con deberes y obligaciones se inclinó hacia la permisividad y a una mala entendida tolerancia.

Pero el consumismo, el arribismo y las drogas también han contribuido a transformar a muchos en seres sin conciencia social, alejados de la espiritualidad, arrogantes y poco tolerantes y en las escuelas y colegios aparecieron los alumnos “DISRUPTIVOS” y lamentablemente muchos Profesores no supieron  lidiar con ellos y aún no saben lidiar con ellos; por eso quizás los Centros de Educación de Adultos están llenos de adolescentes que son echados de los colegios y liceos y estoy hablando de los liceos y colegios municipales, de aquellos mismos Profesores y Directores que piden equidad y educación de calidad y que finalmente muchos de esos jóvenes terminan desertando.

En todo este debate sobre la educación de calidad, aparecen nuestros “Profesores” haciendo “paros” y reiterativos paros (legítimos ) pero que lamentablemente sólo perjudican al alumnado pues las llamadas “recuperaciones de clases”, todos ellos saben muy bien que nunca se logran o se logran a media y lo más triste de todo es, que cuando he podido conversar con algunos de ellos y les he preguntado cómo lo harían o qué harían para conseguir una educación de calidad, no lo tienen claro o derechamente no saben el cómo.

Por ello me pregunto…

¿Qué calidad de profesores se están formando y quiénes… quiénes los están formando? para lograr el cambio tan deseado.

Al respecto, leo,  analizo, pienso  y recorro mi experiencia de estudiante; mi experiencia  como madre y mujer común y corriente y llego siempre a la misma conclusión en tres puntos:

  1. La base principal para iniciar el cambio está en LOS PROFESIONALES QUE TIENEN EN SUS MANOS EL “FORMAR” a los futuros Profesores, deberían ser personas altamente calificadas, con connotada experiencia,  con preparación superior a la de la media existente, no solo en impartir la materia, los conocimientos, sino también en actitudes y aptitudes, comenzando por una intachable presentación personal.

Hacen falta, aquellos “MAESTROS” que fueron formados en las Escuelas Normalistas, las que lamentablemente significó la decadencia de éstas después de la  reforma educacional implementada por el Gobierno de Eduardo Frei Montalva en 1965 y que terminaron de extinguirse en el Gobierno de Augusto Pinochet  donde se estableció la formación universitaria de los docentes; así según mi punto de vista, se fue desvirtuando la formación de los Profesores.

2. Que el Puntaje de la PSU, para aquel alumno que desea seguir la carrera de Pedagogía, sea el más alto, junto al de los Médicos; sólo así podremos tener la certeza de que aquellas personas que postulan a esta carrera, sean realmente las interesadas, con verdadera “vocación de servicio”.

3. “Que cuando se titulen y salgan a desarrollar su labor docente, sus sueldos iniciales tengan una base acorde a la GRAN RESPONSABILIDAD FORMADORA de los futuros ciudadanos y luego puedan subir en el tiempo, conforme adquieran su experiencia y demuestren sus logros. Recordemos que nuestros Profesores son los” formadores”  de todos los ciudadanos de un país, formadores de personas que luego muchos de ellos tienen en sus manos los destinos de la patria como nuestros gobernantes, nuestros legisladores, el poder judicial, nuestras fuerzas armadas y de orden  y de todos y cada uno de los chilenos, desde aquel prominente médico o abogado, hasta aquel humilde servidor que a través de su oficio de zapatero se gana la vida con honestidad y que también necesitamos de sus servicios”.

Durante mucho tiempo, mucho tiempo vengo observando que desafortunadamente la gran mayoría de nuestros Profesores hoy, “son simples instructores de la educación”; van a las aulas a instruir sobre determinadas materias, pero se han olvidado de lo esencial de la educación que es la “formación de personas”. Nuestros Profesores deben construir el conocimiento y hacer crecer a sus alumnos como personas y no verlos como simples estadísticas, anteponiendo solo “resultados”. (Por cierto, existen muchas excepciones también, Profesores ante los cuales uno debería sacarse el sombrero, pero la balanza está inclinada hacia el otro lado).

Los Profesores no sólo deberían tener una alta preparación pedagógica, sino, transcendentalmente psicológica dado los tiempos que estamos viviendo y no sólo para saber cómo tener el control de sus alumnos en las aulas, sino también para conseguir comprenderlos y guiarlos para el logro de seres humanos valiosos. Siempre he pensado que un “Buen Profesor” no es aquel que obtiene  buenos resultados y buena conducta en alumnas o alumnos que por sí solos tienen un buen comportamiento; son responsables y estudiosos y con capacidad para sacarse buenas notas… el “Buen Profesor”, con verdadera vocación de servicio es aquel que hace un desafío personal sacar adelante al alumno disruptivo, al alumno problemático, al alumno que le cuesta aprender; es el que  “enciende la llama del conocimiento  y educa con firmeza, pero con amor, respeto y dignidad”.

“EL SABER Y EL CONOCIMIENTO NOS HACE LIBRE, NOS DA EL CORAJE PARA DECIR LO QUE PENSAMOS Y RECLAMAR NUESTROS DERECHOS SIN CAER EN LA ROTERÍA O LA DESCALIFICACIÓN”

Atte.

Cecilia Campusano.

OvalleHoy.cl