InicioultimasOpiniónChile eligió y se salvó.

Chile eligió y se salvó.

Muchos acusaron un “discurso del terror” sobre todo desde la vereda contraria (el actual Gobierno), a la que pareciera gustarle mucho la democracia, pero sólo cuando éste gana y muy pocas de las personas pertenecientes a éste conglomerado, se han atrevido a realizar la autocrítica necesaria que el terror en verdad, lo generó realmente el mismo candidato cuando lo era, Alejandro Guillier y su comando.

En otras palabras, los chilenos se cansaron del engaño socialista y un factor necesario para explicar el fenómeno son los ejemplos contemporáneos en el marco de una sociedad globalizada (Corea del Norte, Venezuela, Cuba, Bolivia, etc.), pero quizá sean aún más importantes las reminiscencias de nuestra propia historia. Esos recuerdos dolorosos que fueron capital político de la izquierda por tantos años y que hoy se vuelven en su contra; pues ¿quién hubiera pensado que mantener la herida abierta iba a traerles semejantes consecuencias?

Y para que hablar del Frente Amplio, que al principio se vislumbraba como una fiesta, pero que hoy en día se transformó en un funeral que ha desnudado lo peor de la familia. De hecho, era un secreto a voces, pero hoy es una realidad, que el Frente Amplio tenía fecha de caducación y ésta sería cuando los “jóvenes revolucionarios” que lo conforman se vieran en la necesidad de cambiar la capucha por la corbata para salir a trabajar. Es muy bonito disponer del dinero ajeno más si a uno no le ha costado ningún esfuerzo el tenerlo, pero cuando ya les tocan sus propios bolsillos, comienzan a preocuparse, he ahí el dicho “otra cosa es con guitarra”.

Difícil tarea es la que le espera al Presidente Sebastián Piñera con la oposición que le tocará lidiar en el Congreso, puesto que al no contar con mayorías en ambas cámaras, la tarea se le viene pesada. Porque a pesar de que la actual Nueva Mayoría dice que será oposición constructiva, la verdad es que de sus declaraciones se puede desprender y concluir que buscarán llegar a acuerdos siempre y cuando Piñera continúe con las reformas de Bachelet. Lo que claramente más que un apoyo y el mirar el bien común es un condicionante para continuar perpetuándose en el poder y terminar la tarea que iniciaron en su momento de darse gustitos personales.

Puesto que al leer varias de las declaraciones de los miembros del actual oficialismo (futura oposición) sobre la postura que adoptarán ante el Gobierno de Sebastián Piñera, particularmente en el Senado, de pronto pareciera ser que son ellos los que hubieran sido los vencedores de la elección del domingo 17 de diciembre y que el mandato otorgado por el pueblo en las urnas fuera para que siguieran gobernando ellos mismos y no Sebastián Piñera y su equipo. Es curioso como siempre la izquierda le gusta vestirse con ropajes ajenos y ser cero autocrítica; aunque no debiese de extrañar porque es algo de su esencia inherente a ellos como conglomerado.

Es más; me parece por así decirlo, un tanto curioso que la izquierda no quiera asumir su estrepitosa derrota; donde fue el país, esas personas sencillas que ellos dicen representar las que precisamente los sacaron del poder, no fueron los “rubios” de la Diputada Karol Cariola, o “los que quieren entrar al Club de Polo” de la actriz Aline Kuppenheim, o los “idiotas” del Diputado Hugo Gutiérrez. Son simple y sencillamente chilenos que están hastiados de ideologismos, de fundamentalismos y de extremismos, son los que sólo quieren progreso, justicia, libertad y paz.

Ésta izquierda no hace más que demostrar, su nulo compromiso democrático, pues en democracia es fundamental saber ganar, pero también saber perder. Lo que necesitamos es que la izquierda perdedora deponga sus intereses particulares y haga una oposición constructiva por el bien del país y sus habitantes. Que sean consecuentes aunque les cueste y que piensen en el bien de Chile y no tratar de que Piñera y su gobierno fracasen, para así regresar al poder.

Espero que una vez que se haya instalado el Gobierno de Sebastián Piñera, prime la cordura, porque no necesitamos más enfrentamientos; no necesitamos más conflictos; no necesitamos buscar los cambios por la fuerza; no necesitamos más proyectos refundacionales, porque finalmente los costos son altísimos y quienes más los sufren son las familias de la clase media emergente, que ve amenazados sus logros y los pobres, que se quedan sin ayuda efectiva.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl