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Don Juan Meruane espera un reconocimiento mayor

Voy a una oficina pública frente a la Plaza de Armas de Ovalle y me encuentro con una señal callejera, escondida en el follaje de los arboles,  que denuncia la existencia del Pasaje Pintor Juan Meruane.

Es el estrecho pasadizo de aproximadamente treinta metros de largo ubicado entre el Edificio de Servicio Públicos y el edificio de Correos y que en rigor solo conduce a las oficinas de la Dirección Provincial de Aguas.

Solo lo utilizan algunos transeúntes que desean cortar camino en dirección a calle Miguel Aguirre, funcionarios que salen unos minutos de sus oficinas para fumar un cigarrillo a la sombra de los árboles, o por algunas parejas jóvenes que buscan un poco de intimidad.

En los diez minutos que estuvimos ayer en el lugar detuvimos a cuatro personas que transitaron por el lugar para preguntarle por el nombre del pasaje. Dos de ellos no sabían que tenía un nombre, otra recordó que era el nombre de un pintor conocido, en tanto la cuarta ignoraba de quien se trataba. “Yo llegué a Ovalle hace cinco años nomas”, se excusó

Juan Meruane Sanzur, nació en Beitjala, Palestina, el 18 de abril de 1920, pero se avecindó en la ciudad de Ovalle el año 1956 y viviendo en ella hasta su fallecimiento, ocurrido el 24 de marzo del año 1993. En este país estudió Química y Farmacia en la Universidad de Chile y se radicó en Ovalle donde ejerció su profesión en la Farmacia Centenario de su propiedad y que administraba su esposa Rosa Misleh. En Ovalle comenzó a desarrollar una importante actividad plástica, primero en acuarela y luego en óleos de gran formato.

Puso el acento en el rescate que hizo a través de su propuesta artística de los rincones, paisajes, flora y fauna como también costumbres de los habitantes y del valle de Limarí. Además en su taller ubicado en la trastienda de su negocio ubicado en calle Vicuña Mackenna, a metros de Miguel Aguirre, acogía a jóvenes interesados en la pintura, orientándolos en el camino del arte.

Él además fue un gran impulsor de la cultura en general y, entre otras cosas, colaboró en la fundación de la Casa de la Cultura en la década del sesenta, como también desde su puesto de integrante del Codeco (Consejo de Desarrollo Comunal) abogó tenazmente por la necesidad de hacer una corporación de desarrollo cultural y de un centro que albergara las manifestaciones artísticas. Murió sin haber visto materializada ninguna de dichas iniciativas.

Como pintor realizó numerosas exposiciones, primero con obras en la técnica de la acuarela y posteriormente en la del óleo Participa asimismo en concursos nacionales de pintura, obteniendo distinciones de la Embajada de Egipto en I° Concurso «Palestina vista por Chile» año de 1986; también el Premio al mejor pintor de regiones Concurso «Histórico de la Defensa Nacional» año de 1986.

La mayor parte de su obra (alrededor de 300 óleos) está en colecciones privadas nacionales; también obras suyas han salido al exterior: EE.UU, Brasil, Venezuela, Egipto y otros.

En la actualidad Ovalle sólo lo recuerda por un estrecho pasaje en el centro de la ciudad del que pocos conocen su existencia.

¿No se hace ya necesario un reconocimiento mayor por su aporte a la pintura local y a la cultura en general? Una calle, una sala de arte, un premio importante que perpetúe su memoria?

M.B.I.

OvalleHoy.cl