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Don Raúl, el longevo garzón ovallino que atendió a seis presidentes y a Claudio Arrau

Recuerda con humor cuando se tuvo que subir a una silla para sacarle la capa a Carlos Ibáñez del Campo , pero era tan pesada que cayó al suelo con ella. “¿Qué está pesada , negro?”, me dijo él riendo.

Raúl Antonio Olivares Lizardi, don Raúl, 85 años, entró a trabajar a los 10 al Club Social de Ovalle, como “ratonero”. “Así nos llamaban a los junior en esa época. Estábamos en el patio cuidando pollos, gallinas patos, pavos, gansos y después me cambiaron a sacar el marisco de las conchas y a pelar el pescado, recuerda , señalando que de manera gradual comenzó a e escalar posiciones.

Hasta que llegó desde Iquique, don Humberto Gálvez Pacheco, casado con la señora Elena Avalos. “Yo trabajé hasta el año 43  con él, cuando se fue a Tongoy (a hacerse cargo del mítico Yatching Club de ese balneario) y ahí entré a trabajar con el directorio del Club (Social de Ovalle) ”.

Todavía no como garzón, sino que a ocupar un cargo de administrador de los bienes del club, y en la noche cundo faltaba un garzón o alguien de la cocina o del bar, él apoyaba. “Y no tenía ningún problema porque vivía  en el Club. Yo tenía mi oficina a la entrada del club, donde recibía a los que llegaban, recibía los diarios, la correspondencia para los socios y hacía tramites en el banco a los socios”.

En los sesenta años que trabajó en el principal club social de la ciudad, el centro de casi toda la vida social y cultural de Ovalle, recuerda que tuvo la oportunidad de atender a muchos visitantes ilustres, entre ellos a seis presidentes de la República.

“ Yo atendí a don Juan Antonio Ríos, don Pedro Aguirre Cerda, don Gabriel  González Videla. A don Carlos Ibáñez del Campo, le saqué la capa y no me la podía, así que me tuve que subir a una silla para sacársela. “¿Qué está pesada negro”, me dijo cuándo me caí con la capa. Tremendo caballero y yo era chiquito”, recuerda riendo.

Más actuales recuerda también al General Augusto Pinochet y al presidente Jorge Alessandri Rodríguez, cuando llegó a la ciudad para la inauguración del embalse Recoleta.

No todos fueron políticos, sino también intelectuales y artistas. Por ejemplo a Esther Soré, “la Negra Linda” , pero en especial al destacado pianista Claudio Arrau cuando ofreció un concierto en la ciudad invitado por don Julio Broussain Campino.

Después de sesenta años de servicios, don Raúl se retiró en el año 1982 y desde entonces se ha dedicado a la familia y a disfrutar del afecto de cientos de personas que lo conocieron en esos años, y lo reconocen en la calle; en tanto que las nuevas generaciones desconocen quien es ese señor que ayudado con un bastón y la cabeza cubierta con una boina pasea todos los días por el centro de la ciudad.

A sus 85 años llama la atención su fortaleza mental y la claridad de sus recuerdos de esa época de oro de la vida social de la ciudad.

Don Raúl, en su paseo diario por el centro de la ciudad (Imagen de Oscar Gatica)
Don Raúl, en su paseo diario por el centro de la ciudad (Imagen de Oscar Gatica)
OvalleHoy.cl