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El triste legado de la Presidenta Bachelet.

Es prácticamente imposible disociar la palabra inmigración ilegal del segundo Gobierno de la ex Presidenta Bachelet; puesto que durante su mandato hubo un crecimiento exponencial en la migración. Basta con ver la encuesta CASEN 2017, como Chile pasó de un 1% de población nacida fuera del país a un 4,4%.

La migración desde el segundo Gobierno de la ex Presidenta, se ha vuelto un tema en alza en nuestro país, todo esto principalmente a raíz del tratamiento negligente que se le dio en su momento y el cual permitió además el crecimiento explosivo, sin control, ni planificación y mucho menos gestión. Lo que sin lugar a dudas ha acarreado dramáticas consecuencias tanto para los extranjeros como para los chilenos.

Pero no estoy hablando de las personas que ingresan de manera legal a nuestro país, con su documentación al día, que respetan las leyes, pues como bien dice la letra de la canción “si vas para Chile” en la parte que señala “…y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero..”, es muy cierto, bienvenidos todos, pues pueden ser un aporte en lo cultural, en lo gastronómico, en lo educacional, incluso en lo económico, que si tienen trabajos formales, paguen impuestos, pero todo esto debe ir de la mano de una inmigración legal, documentada, para incluso protegerlos de los abusos en materia laboral o de arrendamiento, pues existen arrendadores inescrupulosos que subarriendan habitaciones precariamente construidas a familias que no tienen mejores alternativas, por su condición de inmigrantes ilegales.

La conducta irresponsable del Gobierno anterior en esta materia aún es un enigma, muchos hablan de “teorías conspirativas”, otros apuntan a razones políticas e ideológicas y están aquellos que lo reducen a tráfico de personas, al haber visto una necesidad por parte de estas personas y tan solo haberse aprovecharse de ello.

Se debe actuar de manera enérgica en contra de la inmigración ilegal, resultando inaceptable que la izquierda persevere en no querer hacerse cargo de esto, pues la inmigración ilegal acarrea efectos negativos como es por ejemplo en materia habitacional donde se han producido “tomas” de terrenos tanto fiscales como privados y se han instalados campamentos que no cumplen con las más mínimas condiciones de salud, una suerte de negocio inmobiliario ilegal que abusa de las necesidades de las personas, hacinamiento que hace inevitable que sea un foco para la expansión de enfermedades y dificulte en algunos casos el controlar la pandemia y produzca con ello caso de xenofobia como lo ocurrido en la comuna de Quilicura el año pasado por el de contagio de 33 personas de nacionalidad haitiana, o también un mayor peligro de producirse incendios por el uso de cocinillas en las piezas que arriendan etc.

También esto afecta el empleo y las remuneraciones, pues muchos extranjeros deseosos de trabajar y en algunos casos desesperados de poder proveerse sustento, aceptan condiciones laborales que hace descender el “techo” de los reajustes del resto de los trabajadores, produciendo un efecto de “freno” en las alzas de los salarios, más aún después del estallido de violencia, pues ellos están dispuestos por ejemplo en hacer el mismo trabajo que un connacional estaría también dispuesto a hacerlo, pero por un salario menor y es así como esto termina afectando al empleo y a las remuneraciones.

Este es un tema que se debe abordar con seriedad y dejar las especulaciones de lado, se debe actuar no dando soluciones parciales, ni esperanzas de cuestiones que sean imposibles, ser claros y justos, por lo que es esencial que esto sea el resultado de una política pública que emana del consenso (esperemos transversal), para que quienes lleguen a nuestro país se sientan acogidos y tengan la posibilidad real de buscar un futuro mejor en nuestro país, con las mejores condiciones posibles, porque no veo a nadie saliendo de sus raíces, abandonando la tierra que lo vio nacer y creer para ir a pasar penurias a un terreno que no es su “casa”, sino que viajan en busca de mejores y mayores oportunidades, las que se les puede dar en la medida de lo posible con un orden.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl