¡Felices Fiestas!

Quisiera partir agradeciendo a todas las personas que con su trabajo, entrega y amor patrio, han prestado un servicio a la comunidad, resguardándonos y haciendo lo que tienen que hacer, para que nosotros estemos seguros en casa celebrando este nuevo aniversario patrio.

En este nuevo aniversario de la Primera Junta Nacional de Gobierno y a las Glorias del Ejército, por lo que quiero agradecer tanto a Carabineros de Chile, por su incansable e invaluable labor en la protección de toda la comunidad, a los choferes de la locomoción colectiva, de buses, del Metro tanto en Regiones como en Santiago, a los guardias, enfermeras y médicos que les ha tocado turno, a las Fuerzas Armadas y a la Policía civil, a los bomberos de las bencineras, al Cuerpo de Bomberos por su hermosa labor de colaboración y ayuda al prójimo de manera desinteresada y así a tantos otros que no hacen más que contribuir al bien común y hacernos más fácil y seguro el día a día.

En septiembre de cada año, se vive una mezcla de emociones, de descanso, de espíritu patriótico y festivo, de ambientes familiares y de socialización, de regreso a las tradiciones más queridas y de momentos de recuerdos y proyección. Si bien hoy no podemos tener estos ambientes familiares y de socialización con personas externas a las que vivimos, eso no debe ser impedimento para que no podamos compartir de manera “virtual” con nuestros seres queridos ya que no se puede ni debe hacerse de manera presencial por la pandemia en las zonas que nos encontramos en cuarentena y con moderación y siguiendo todas las indicaciones de la autoridad sanitaria en las otras etapas del catalogado “paso a paso”.

Este mes de hecho, es tan importante como complejo, pues en él se pasa de la polarización a la unidad en pocos días. Cada nuevo aniversario patrio, no sólo es una gran ocasión para celebrar, sino también es el momento propicio para reflexionar sobre el presente, el futuro y la unidad de nuestro país, ocasión que puede ayudar a ser el “punta pie” inicial para los que aún no se han comprometido con Chile, con el querer construir un Chile, mejor, más justo, más real, que se centre en las personas y no en las pretensiones y aspiraciones de unos pocos como es lo que ocurre en el Chile de hoy. 

Pues hoy en Chile reina la desconfianza y la decepción con la clase política, ya que ven como algunos velan por sus propios intereses o los de su partido y no por el de sus electores, dejando los intereses de los ciudadanos guardados en el “baúl de los recuerdos”.

Como sociedad debemos renovar las confianzas. El grado de odiosidad, algo artificial y amplificado por el anonimato que ofrecen las redes sociales, intoxica nuestra convivencia; envenena y destruye nuestra capacidad de entendernos y de construir sociedad y como dice un sabio adagio, “la unidad exige mucho tiempo; la división llega en un instante”. Hagamos nuestra la célebre frase de San Agustín: “En las cosas necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y por, sobre todo, caridad”. Hay que apostar a las cosas que nos unen y no a las que nos dividen, pues son más las cosas que nos unos que aquellas que nos separan.

Seamos ¡constructores de paz y no de división!, agradecemos a Dios por el estar vivo y por cada habitante de Chile, ya que nadie sobra y pidamos a la Virgen del Carmen, patrona de Chile, que nos ilumine como la estrella que es desde la bandera nacional, que nos cuide y proteja a cada chileno, sobre todo a los niños, a los ancianos y a los más pobres. ¡Viva Chile! y ¡Felices Fiestas Patrias!

 Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl