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Fuego, humo e intencionalidad.

El día viernes 15 del presente mes de enero, nos enteramos de un incendio en la Región de Valparaíso que provocó la evacuación de más 25 mil personas, donde concurrieron en la ayuda de estos tantos voluntarios de bomberos, brigadistas de la Conaf, Carabineros, miembros de las Fuerzas Armadas, del Ejercito y civiles con espíritu altruista.

Todo esto a raíz del incendio provocado de manera intencional según expresara el gerente forestal de Conaf, don Aida Baldini quien indicó: “lamentamos que este incendio sea intencional. Tenemos que informar que encendieron el primer foco a las nueve de la noche, sabiendo que a esa hora las aeronaves no pueden volar, no pueden combatir incendios. Una hora después nos encendieron un segundo foco que pretendían que se uniera, afortunadamente ese foco fue controlado, sin embargo, a las 7:10 de la mañana aparecieron dos focos más hacia el sector de Quilpué, porque los primeros estaban muy cerca de la ruta, en la reserva Nacional Lagos Peñuelas.”. Para finalmente indicar; “esto tuvo una intencionalidad extrema, seguramente lo hizo alguien que sabe del comportamiento del fuego.”.

El relato del señor Baldini, no deja dudas de la canallada de sus ejecutores, con su vil acto, no sólo arrasan con árboles y matorrales, también producen la pérdida de vidas humanas, de animales, biodiversidad y otros graves impactos materiales y económicos, pues el manto de humo que generan empeora la calidad del aire y la visibilidad a lo largo de cientos de kilómetros.

Si bien es cierto que el aumento de las temperaturas, la sequedad de la vegetación, el aumento del viento y la carencia total de lluvias, favorecen la frecuencia e intensidad de los incendios, ya que se puede configurar el temido 30-30-30 que es la suma de los tres factores, que son los “ingredientes perfectos” para el desastre, no es menos cierto que nueve de cada diez incendios son causados por el hombre, ya sea por descuido en el uso del fuego, negligencia o lamentablemente mala intención.

Cada año cuando comienza el verano, Chile por desgracia vuelve a ser un escenario climáticamente propicio para los incendios forestales, al crearse como antes mencioné las condiciones ideales para la generación, propagación y descontrol de un incendio forestal, pues convergen las tres condiciones climáticas implacables, que serían que hubiese 30 o más grados Celsius de temperatura, menos de un 30% de humedad ambiental y que existan 30 o más nudos de velocidad del viento.

Es trascendental que tomemos conciencia de la responsabilidad que tenemos de educar a nuestros hijos y nietos en la materia de prevenir y proteger el mundo que nos rodea, esto es tarea de todos, porque juntos, todo es posible y “más vale prevenir que combatir”.

 Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl