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Justicia para nuestros mártires de Carabineros.

¿Hasta cuándo tendremos que tolerar y aceptar como baja en las filas de la Institución la muerte de otro Carabinero en nuestro país por ser un trabajo de riesgo?.

La muerte de una persona es lamentable, pero que le arrebaten la vida a un Carabinero, a una persona que presta un servicio no sólo a la comunidad sino a su Patria es aberrante, cada vez que muere un carabinero en el país, muere con él una parte de la Patria, y esta semana desgraciadamente fue asesinado el Sargento Francisco Benavides, convirtiéndose en el mártir 1.222 de la Institución.

¿Hasta cuándo continuarán impunemente asesinando a nuestros Carabineros, ¿arribándonos a todos y cada uno una parte de nuestra Patria?, la Araucanía y en realidad toda la macrozona sur de nuestro país está Gobernada no por el Gobierno sino por el narcoterrorismo, esta zona incluida en ella a su gente, fue abandonada a su suerte y dejada a merced del terrorismo y el narcotráfico, existe una impunidad despiadada que es francamente una vergüenza nacional. En donde el Estado es incapaz de imponer el orden, la legalidad y el Estado de Derecho, y ha sido la tónica de al menos los últimos seis a siete Gobiernos, agudizándose cada año más.

Aún se encuentran pendientes la detención de los culpables del asesinato de otros mártires de la Institución como el Cabo Segundo Eugenio Nain Caniumil o de personas como usted y yo, don Juan Barrios, camionero quemado dentro de su camión en Victoria; la muerte de Francisco Millalén quien chocó su moto contra una barricada levantada en Lautaro; la de Moisés Orellana, asesinado con un tiro en su cabeza en Cañete (Región del Biobío); la de Pedro Cabrera, trabajador agrícola que recibió al igual que don Moisés un disparo en la cabeza, pero éste fue en un fundo en Collipulli, perpetrado con un fusil de guerra o el atentado que sufrió don Alejandro Peña, junto a su esposa Alejandra y su pequeña hija Monserrat de 9 años, en la ruta que une las comunas de Collipulli y Angol en la región de La Araucanía, el asesinato de Orwal Casanova, de un disparo en su cabeza en su propia casa, la muerte del Subinspector Luis Morales Balcázar en el cumplimiento de su deber y me faltaría vida y espacio para seguir nombrando a otros compatriotas.

Como sociedad estamos realmente muy mal, pues no puede ser que quienes deben velar porque las leyes se cumplan no lo hagan; que, por otra parte, los que deben y tienen que legislar cada día, le amarren más y más las manos a quienes tienen que defendernos y como si eso fuera poco, protegen a quienes son los que maltratan y abusan de todos nosotros; tampoco he escuchado a los autoproclamados “voces del pueblo” (Jiles, Cariola, Boric, Vallejo, Jackson, etc.), reprochar lo ocurrido con el Sargento Benavides, dar las condolencias a su familia o por último decir que es lamentable lo que ocurre en la macrozona sur. Aunque a decir verdad, tampoco espero nada de ellos y menos al haber ya pasado el grueso de las elecciones, ¿qué rédito político les puede dar bajo su prisma?, quizás para no ser mal pensados, quedaron exhaustos, afónicos y sin internet para hacer sus descargos que en otras oportunidades no se dejan esperar, esperemos que sea eso.

Nuestros Carabineros, Policías y nadie puede ni debe convertirse en la carne de cañón de las políticas de seguridad que han fracasado y que siguen fracasando todos los días, a las que se les debe sumar indudablemente la laxitud de los jueces, en la aplicación de las penas, puesto que en la mayoría de los casos no aplican las penas en toda su extensión a los asesinos de Carabineros. Mismos Carabineros que en más de una oportunidad han salvado la vida de muchas autoridades, jueces y ciudadanos, para que estos puedan retornar en paz a su hogar y ahí puedan abrazarse con sus hijos después de cada jornada de trabajo, esos mismos Carabineros que anteponen el servicio a su país incluso sobre su vida misma y el poder abrazar en la noche a sus propios hijos.

Por lo mismo y una vez más y cuantas sean necesarias seguiré agradeciendo públicamente y en privado a cada uno de nuestros Carabineros por prestar un gran servicio a la Nación, ya que este como antes lo he comentado, no es un trabajo como cualquier otro; sino que es un servicio, una vocación, así que gracias por su entrega día a día, por entregar la vida si fuera necesario por el prójimo incluso sin conocerlo, gracias por velar nuestro sueño, gracias por acudir siempre cuando se les necesita, gracias por ayudarnos en cada desastre natural que nos azota, gracias por hacer de Chile un lugar más seguro, gracias por ser del débil el protector, gracias por ser un amigo en nuestro camino, gracias totales.

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl