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La Biblia es espíritu y verdad

¿Porque llegan a ser evangélicas las personas? Porque reconocen a un Dios vivo, no a uno muerto en la cruz.

En este día, 31 de octubre, se está celebrando un proceso que partió en Alemania en el año 1517, es decir hace 504 años, con el acto de colocar en las puertas del Palacio de Wittenberg por el monje alemán Martin Lutero, lo que se conoce como las 95 tesis (Cuestionamiento al poder y eficacia de las Indulgencias de Lutero).

Para entender este cisma, es necesario recordar el periodo en que se vivía, es decir, a finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna. Donde los dogmas y normas de la Iglesia dirigían las vidas de las personas, donde Dios nunca dejaba que un error quedara impune. En el fondo era una época donde la fe cristiana estaba dominada por la Iglesia Cristiana Romana y un periodo en que se pagaba por el perdón de los pecados.

Martin Lutero para algunos es celebrado como el liberador del verdadero evangelio y por otros es condenado como el destructor de la verdadera unidad de la Iglesia. Pero, el estudioso José David Rodríguez explica que Lutero refuta dichas afirmaciones y plantea que él se vio envuelto en la controversia sin proponérselo deliberadamente. Nos dice que, su oposición al papado se fue acrecentando con motivo de los ataques despiadados de sus adversarios. Declara que, a medida que se profundizaban sus conocimientos de las Sagradas Escrituras, más se fortalecían sus convicciones evangélicas.

Lutero, al profundizar en la lectura de la Biblia y, sobre todo, leyendo la carta del apóstol Pablo a la joven iglesia romana, en la que justificaba la sangre de Jesucristo. “El teólogo entendió gradualmente lo que acabaría siendo el núcleo de la Reforma: Dios no es sólo un juez justo, sino también un padre que ama a las personas que él mismo creó y que envió a su hijo a vencer el pecado, que es lo que separa a los hombres de Dios. Leyendo la Biblia, Lutero descubrió que cualquiera que crea en Dios y su hijo Jesucristo recibe el don gratuito de la justificación ante el Todopoderoso. El monje por fin había encontrado la respuesta a su pregunta. La salvación se alcanza por gracia divina y solo a través de la fe”. (artículo, Martin Lutero, el monje que cambió el mundo)

En Chile se acostumbra a decirle al pueblo evangélico “los canutos” y esto viene desde la llegada de don Juan Canut de Bon (1846-1896) que fue un predicador metodista que difundió su fe en Chile al aíre libre y a viva voz en la ciudad de La Serena y de allí, en forma peyorativa se les llamaba de dicha manera (especialmente pentecostales). El fundó iglesias en Coquimbo, La Serena, Concepción, Traiguén, Angol, Los Ángeles, Victoria y Temuco. Actualmente este pueblo seguidor de sus ideas es el que está buscando afianzar, en lo terrenal, la defensa de sus valores religiosos, los cuales sienten amenazados.

Octavio Álvarez C.

OvalleHoy.cl