InicioPolicialOtrosLas sorprendentes “casas embrujadas” que también hicieron noticia en Ovalle

Las sorprendentes “casas embrujadas” que también hicieron noticia en Ovalle

En los días pasados a través de los medios de comunicación y de las redes sociales se dio a conocer el sorprendente caso de hechos paranormales que estarían ocurriendo en una vivienda en la villa Los Alerces de Puerto Montt donde se da cuenta de objetos que vuelan, muebles que caen, vidrios que se rompen, colchones que arden sin mayor explicación.

Las informaciones han sido recibidas por el público con asombro por unos, incredulidad por otros e incluso con sospecha por terceros que han llegado a pensar que es un intento mediático de distraer la atención del país de otros hechos más relevantes que han estado ocurriendo de manera paralela.

La historia reciente de Ovalle, por su parte,  no ha estado al margen de este tipo de sucesos paranormales que en su momento han concitado el interés de la ciudad, hechos que, sin tener el impacto mediático de hoy por la existencia de internet y las redes sociales,  fueron dados a conocer por los diarios locales de su época, algunos de los que hasta la actualidad no tienen explicación, según recuerda el periodista Lincoyán Rojas Peñaranda.

Por ejemplo el de una antigua casona de calle Libertad ubicada frente al viejo Liceo de Niñas, entonces de propiedad del recordado vecino Osvaldo Gallardo ,  paramédico, y ex alcalde en 1950, pero que él y familia jamás habitaron.  “El Sr. Gallardo contó que la casa estaba “cargada”, que allí había un tesoro o entierro valioso. Se escuchaban ruidos raros, arrastre de cadenas y gemidos y se veían luces que se desplazaban. En una oportunidad contrató a dos trabajadores para que hicieran una excavación en el hall que estaba empedrado, sin encontrar nada anormal. Pero no quiso continuar con la búsqueda. La excavación se cubrió nuevamente con tierra y sin embargo las extrañas señales continuaron”, consigna la prensa de la época.

Otro caso conocido hace medio siglo es el de un “entierro” en el camino Quebrada Seca- Ovalle, en terrenos que pertenecían a la Sociedad Ganadera El Tangue, el de una casa que se incendió tres veces misteriosamente, y nunca pudo ser habitada. Los lugareños  contaban que se escuchaban  ruidos y voces, y habían visto por algunos momentos salir  llamas y cesar las llamas instantáneamente. Esta casa estaba vinculada con la existencia de un tesoro, muchos dejaron hoyos donde excavaron infructuosamente en busca de la supuesta riqueza. Fue demolida para acabar con la maldición.

En Ovalle mismo existe un edificio que se alza en el sector Romeral, salida oriente de Ovalle; tiene más de cien metros cuadrados de construcción levantados en un terreno que antes fue una hacienda de 10 mil metros cuadrados que pertenecía antiguamente a la familia de doña Eurelia G. de Rojas e hijos. Por sus características los ovallinos lo conocen como el Castillo”. Después fue propiedad de Max Valenzuela que se asoció con Sergio Ardiles  para instalar un restaurant y local de eventos, y actualmente pertenece al empresario Samuel Bozo Lorca.

Se cuenta que en el segundo piso se ahorcó un hijo de la propietaria original la que abandonó el inmueble y se fue a vivir a Santiago En este edificio de piedra y cemento, que cuenta con subterráneo, los vecinos del sector aseguraban que una fantasmal figura recorría el lugar arrastrando cadenas y quejándose lastimeramente. Los ruidos provenían del subterráneo y a veces del ala norte del castillo.

Personas que transitaban después de medianoche por el sector veían también una luz que se desplazaba por las bases del castillo. Se cuenta que en una oportunidad ladrones que trataron de introducirse huyeron despavoridos al ver sombras que se deslizaban en el interior, ruidos extraños y quejidos.

EXORCISMO

A pocos kilómetros al nororiente de ese lugar, en la casa parroquial de la iglesia de Huamalata penaban.

Al menos así lo contaba el sacerdote y periodista, Pedro Vega Gutiérrez, el recordado “Cura Vega”. Afirmaba que al poco tiempo de llegar a vivir allí, en horas de la noche se escuchaban violentos ruidos provenientes de la cocina y comedor que correspondían a piedras de diversos tamaños que caían en el piso, después de atravesar las calaminas del techo. Lo curioso es que el techo quedaba intacto, sin asomos de quebraduras ni hoyos por el que pudieran haber pasado los proyectiles.

Cansado de esta situación, requirió la ayuda de otro sacerdote, que practicaba los ritos del exorcismo. Ambos rezaron, bendijeron el lugar con agua bendita,  su colega hizo unos conjuros en latín, y con una cruz en la mano ordenó al Maldito que se fuera y dejara en paz ese lugar santo. Desde esa fecha nunca más el cura Vega fue molestado.

¿Usted cree en estos sucesos paranormales? Es una buena pregunta en estos tiempos de las comunicaciones digitales, la luz eléctrica, televisión internet y redes sociales.

Pero, como dice el refrán popular: “Yo no creo en brujos Garay, pero de que los hay… los hay”.

OvalleHoy.cl