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¿No es el hijo del carpintero? A un profeta sólo lo desprecian en su tierra y en su familia

“Una vez que terminó estos ejemplos, se fue fe allí. Y al pasar por su tierra de Nazaret, se puso a enseñar en la sinagoga, de tal manera que la gente, maravillada, se preguntaba: ¿De dónde le ha llegado tanta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas viviendo entre nosotros? ¿De dónde, pues le viene todo esto? No creían en él; todo lo contrario. Pero Jesús les dijo: A un profeta sólo lo desprecian en su tierra y en su familia”. (Mateo 13, 53-57)

En este día en que se conmemora un día más del día del trabajo no se puede quedar indiferente ya que es necesario recordar la importancia por el aporte que realizan los trabajadores por engrandecer esta patria, sin su esfuerzo diario que se traduce en poner todas sus capacidades al servicio de construir; de colocar sus intelectos en aportar en tener un mejor desarrollo y bienestar que favorezca a todos en las cuales muchas veces no se reconocen esos esfuerzos con un respeto real, con una mejor remuneración, con mejores relaciones y un bienestar para poder desarrollar esas largas jornadas de trabajo con una dignidad que se precie la verdadera capacidad y talento que ponen para realizar las tareas diarias.

El derecho del hombre a trabajar no puede, sin embargo ser ejercido de cualquier manera. No basta que el ser humano trabaje: es preciso que trabaje humanamente, es decir: como imagen y semejanza de Dios.

Y al volver a mirar estas palabras del Evangelio, los contemporáneos de Jesús se preguntaban, admirados “de dónde saca éste tanta sabiduría y tantos milagros? ¿Acaso no es el hijo del carpintero? Y les parece tan inaceptable que este hijo del carpintero pueda enseñar y no solo se quedan en eso sino que lo expulsan. Creo que nos puede ayudar a reflexionar si nosotros también nos escandalizamos que este hijo del carpintero que es el Hijo de Dios haya aprendido el oficio de José su padre adoptivo. Hasta qué punto hoy en día nosotros también marcamos diferencias con tantas personas que han venido de otros países a poner sus potencialidades al servicio de este país, que también experimenten el desprecio, como lo hicieron sentir los coterráneos de Jesús y no hayan podido sentir esta casa y tierra como algo que les pertenece.

Nos queda mucho por aprender en este día que debe ser marcada por la solidaridad, por el compromiso de sentirnos parte de algo grandioso que nos lleve a encontrar caminos de entendimiento y sentir por hacer valer la dignidad de la persona y nuestro testimonio debe ser de una inquebrantable unidad por respetar esa dignidad, luchando cada día por sustentar mejores salarios, mejores condiciones de trabajo, mayor respeto por los derechos del trabajador y no sentirse marginado en esta sociedad, siendo protagonistas por los derechos a tener una remuneración justa y digna.

Quiero tomar unas frases o citas del Papa Francisco referente al trabajo:

-La crisis que estamos viviendo en este momento es una crisis humana. Se dice: pero es una crisis económica, una crisis del trabajo. Si es verdad. Pero ¿Por qué? Porque este problema del trabajo, este problema en la economía, son consecuencias del gran problema humano. Lo que está en crisis es el valor a la persona humana y nosotros tenemos que defender la persona humana.

-Tenemos que sostener con decisión el derecho a la misma retribución por el mismo trabajo ¿Por qué se da por descontado que las mujeres tienen que ganar menos que los hombres? ¡No! Tienen los mismos derechos; la desigualdad es un tremendo escándalo.

-Debemos hacer que a través del trabajo el ser humano exprese y aumente la dignidad de la propia vida.

Hoy día solo nos importa profundizar la conciencia y reiterar la exigencia de Jesús: “Todo lo que ustedes hagan con el hambriento y con el sediento, con el que no tiene casa ni abrigo, con el enfermo, con el encarcelado, me lo hacen a Mí”.

Porque la fe sin obras es fe muerta. Porque de Él se recibe el mandato de amar al hermano.

Hoy día nos debemos preguntar ¿Qué hacemos como sociedad para dignificar al trabajador? ¿Queremos compartir las Bienaventuranzas con los más pobres?                                                                      

Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl