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OPINIÓN: Madre

Desde que se produce la concepción muchas mujeres han ido moldeando a sus amados hijos(as) con la dulzura del amor, en la cual ponen todas sus capacidades para cuidar lo que llevan dentro de su vientre, en cada mujer embarazada hay una mirada de esperanza, de alegría por ser bendecidas por Dios.

Al pasar el tiempo en el nacimiento teniendo a su hijo(a) en sus brazos se van entrelazando sensaciones diversas, ya que en ello pone todo lo que puede entregar, muchas veces significa doblegar los esfuerzos. En cada madre hay algo hermoso, esa comunicación que establece con su hijo(a) desde que lo lleva en su vientre y luego más tarde con el correr de los años siempre va  tratando de hacer las cosas en silencio, muchas veces postergándose como mujer, pero en la intimidad de su ser agradecida, aunque muchas veces sus esfuerzos no son reconocidos, pero ella es capaz de sufrir en silencio todas las incomprensiones.

Ponte a pensar lo que tú eres hoy en día ha sido porque tu madre sin esperar recompensas te ha dado la vida, pero más allá todas sus capacidades para que seas un hombre o una mujer de bien.

Ella se conforma con tan poco; si tienes tu madre corre a abrazarla, besarla y regálale una palabra, un  gesto hermoso, agradécele lo que eres como persona pero enmárcale que la amas y si no la tienes haz una oración agradeciendo a esa humilde persona lo maravillosa que fue en tu vida.

En este día, que no solo sugiere un mirar o un recordar, sino más bien un deseo de esperanza por tanta mujer, que cada día regala toda su abnegación, todo su amor, todo su esfuerzo, toda su dulzura, toda vida.

Que no solo sea este día algo especial, sino que siempre sean bendecidas por Dios y de sobremanera reconocer lo que es su alegría por acompañar, por su trabajo, por estar siempre al lado de los que aman y sobretodo su amor.

 Creo que pensar en un regalo seria demasiado pequeño por que desde siempre, debería la vida darte obsequios de comprensión y de protección.

Gracias por ser el tesoro más grande que Dios les ha entregado a las familias.

Gracias por que cada día tu sacrificio hace feliz a tantas personas.

Gracias por brindar con tu mano amiga y tu sonrisa una esperanza de luz entre tanta oscuridad.

Gracias por saber transmitir el amor y saber contagiar con tu sonrisa.

Gracias por el compartir; y el tesoro que es tu presencia en la vida.

Que este día sea muy especial para ti sabiondote amada y bendecida por Dios. 

Es por eso que me permití agregar una hermosa mirada de Ema Bombeck que hace a través de este escrito (entre comillas) y nos muestra lo real que es la presencia de una madre en la vida que muchas veces uno(a) no alcanza a dimensionar; por eso en este principio de año 2011 cada uno(a) pueda reflexionar y agradecer a Dios.

“Dios, que estaba ocupado en crear a las madres, llevaba ya seis días trabajando horas extraordinarias cuando un ángel se le presentó y le dijo: Te afanas demasiado, Señor.

Y el Señor repuso: ¿Acaso no has leído las especificaciones que debe llenar el pedido? Esta criatura tiene que ser lavable de pies a cabeza, pero sin ser de plástico; llevar 180 piezas movibles, todas reemplazables, funcionar a base de café negro y de las sobras de la comida, poseer un regazo que desaparezca cuando se ponga de pie, un beso capaz de curar todo, desde una pierna rota, hasta un amor frustrado, y seis pares de mano…

Y el ángel, confundido observó: ¿Seis pares de mano? Eso es imposible.

No son las manos el problema, agregó el Señor, sino los tres pares de ojos.

¿Y eso es para modelo normal? inquirió el ángel.

El Creador asintió. Uno para ver a través de la puerta siempre que pregunte: Niños, que andan haciendo ahí adentro, aunque ya lo sepa muy bien. Otro detrás de la cabeza para ver lo que más le valiera ignorar pero que precisa saber. Y, desde luego, los de adelante, para mirar a un niño en apuros y decirle, sin pronunciar siquiera una palabra: Ya entiendo, hijo, y te quiero mucho.

El ángel le tiró la manga y advirtió mansamente: Vale más que te vayas a la cama, Señor. Mañana será otro día…

No puedo. Y, además, me falta poco. Ya hice una que se cura por sí sola cuando enferma, que es capaz de alimentar a una familia de seis personas con sólo medio kilo de carne molida y de persuadir a un chiquillo de nueve años para que se esté quieto bajo la ducha.

Lentamente el ángel dio la vuelta en torno de uno de los modelos maternales.

Me parece demasiado delicada, comentó con suspiro.

Pero es muy resistente, aseguró Dios, emocionado. No tienes idea de lo que es capaz de hacer y sobrellevar.

¿Podrá pensar?

Claro. Y razonar y transigir.

Por último, el ángel se inclino y pasó un dedo por la mejilla del modelo.

Tiene una fuga.

No es una fuga es una lágrima.

¿Y para qué sirve?

Para expresar gozo, aflicción, desengaño, pesadumbre, soledad y orgullo.

Eres un genio Señor.

Y Dios, con un perfil de tristeza, observó:

Ya no se la puse.”

Por: Hugo Ramírez Córdova. 

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