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Opinión: Región de Coquimbo y Vivienda

«La brecha entre la capacidad de compra de las y los chilenos y los requisitos de la banca se acrecienta de forma abismal», asegura la Diputada Carolina Tello en un sistema en el que las necesidades básicas «quedan a merced de los vaivenes de un mercado que funciona con códigos totalmente opuestos a los criterios de desarrollo social».

En la Región de Coquimbo, según datos del Minvu, el déficit habitacional afectaría a unas 29 mil familias. El porcentaje mayoritario, responde a familias que viven en calidad de allegadas y hacinadas. Sin embargo, según algunas visiones, dicho número podría ser aún mayor, lo que nos demuestra que nos encontramos en una situación bastante crítica en materia habitacional.

Pero más allá de los números, lo complejo en esta materia pasa por los caminos que debe recorrer cada vecina y vecino para acceder a algunas de las opciones en materia pública que hasta hoy existen. Durante el último tiempo, hemos podido conocer de primera fuente los problemas que poseen muchas y muchos en materia de comités de vivienda. Dicho sistema que busca establecer asociatividad para poder acceder a proyectos de viviendas sociales ha ido paulatinamente demostrando una serie de problemáticas tanto en gestión interna de los propios comités, incluso con casos de estafas  por parte de las directivas, como también las dificultades para llevar adelante cada proyecto, lo que hace que las familias deban esperar años, para terminar muchas veces sin proyecto y sin casa. Otro dato: un gran porcentaje de esas familias son llevadas adelante por mujeres, generalmente en la dualidad de ser jefas de hogar y además realizando labores de cuidado, en condiciones de alta vulnerabilidad, y precisamente han sido ellas las que han liderado de forma histórica la asociatividad en esta materia, contra un sistema que históricamente les ha obstaculizado este pilar básico hacia una vida digna.

Afortunadamente, hemos visto, tanto en la actual gestión de Serviu, como en la Seremia de Vivienda la conciencia de este escenario, además de la urgencia de trabajar contra el tiempo con problemas estructurales como la creación de un banco de terrenos, la necesidad de industrializar la forma en que se construyen viviendas sociales y además la urgencia de revisar – a nivel nacional – el cómo se establecen y desarrollan los comités de vivienda y su relación con los gobiernos locales.

Si miramos a la clase media, la situación es igualmente crítica. Hoy vemos, como la brecha entre la capacidad de compra y los requisitos de la banca se acrecientan de forma abismal. Para las nuevas generaciones, y para quienes han luchado por años contra un sistema en el que la capacidad de ahorro es prácticamente una ilusión, pensar hoy en la posibilidad de acceder a un crédito hipotecario ha sido sólo un sueño, y un sueño que sabemos que también es una urgencia.

Es por esto que dentro de  los anuncios del Gobierno, que van en la línea de buscar una reactivación económica en momentos donde la desaceleración es un diagnóstico común en muchos países del mundo, quisiera valorar especialmente el que una de dichas medidas esté directamente relacionada con lo mencionado.

La garantía estatal del 10% del pie para créditos hipotecarios – que hoy piden un 20% – busca abrir la posibilidad precisamente frente a la limitada capacidad de ahorro que hoy las y los chilenos poseen. Sin embargo, y he aquí lo importante, también dependerá de la disposición tanto de la banca como del sector inmobiliario para efectivamente ofrecer alternativas que permitan acceder a dicha oferta. Esto no es ni será facultad exclusiva del gobierno, en un sistema en el cual vemos día a día que las necesidades básicas como un techo digno, quedan a merced de los vaivenes de un mercado que funciona con códigos totalmente opuestos a los criterios de desarrollo social.

El diagnóstico sigue siendo el mismo: Debemos trabajar a toda marcha porque el déficit sigue creciendo y mientras dejemos parte importante de la solución sólo a la lógica privada veremos que el abismo entre la necesidad habitacional y la oferta para solucionarla sólo se incrementará sin cesar.

Por Carolina Tello
Diputada de la República

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