Enorme decepción deben estar sufriendo los que pensaron que este segundo periodo de Bachelet traería beneficios al sector salud, atendido a su condición de ex presidenta y ex Ministra de Salud; sin embargo, el Gobierno de la Nueva Mayoría ha demostrado que la salud para ellos, nunca ha sido una verdadera prioridad; puesto que ha manifestado en ella sus 3 pecados capitales (ideologización, improvisación y un legado de mochilas cada vez más pesadas para la próxima administración).
El bochorno de los hospitales prometidos por la Presidenta Bachelet y no cumplidos es sólo una parte del problema en Salud. La gestión completa desde marzo de 2014 ha sido probablemente la peor de las últimas décadas.
Este Gobierno, partió dándose el lujo de desechar la construcción de 6 hospitales, (los cuales atenderían a cerca de 2 millones de chilenos) y cuyo proceso ya había sido iniciado. Pero que por razones únicamente ideológicas, al ser recintos concesionados, (modalidad que contradice la vocación estatista de la izquierda), que aunque sea más barata, más rápida y más eficiente, debe desecharse.
Por otra parte, vemos la constante improvisación en esta materia, puesto que en los primeros 17 meses el gobierno de Michelle Bachelet, esta ha entregado cinco cronogramas distintos para la construcción de hospitales. El primero, en junio de 2014, prometiendo en dicha oportunidad 60 nuevos recintos, nombrando así ésta promesa como “20+20+20” (20 para el final de su período, 20 que quedarían en construcción y 20 en estudio). En donde finalmente ha comunicado que ya no serán 60 hospitales, sino que 27. Esto es preocupante, ya que la encuesta del Instituto de Políticas Públicas de Salud de la Universidad San Sebastián, reveló que el 36% de los pacientes FONASA, no pudieron ser hospitalizados por falta de cama.
Esto último motivó que el Presidente del Colegio Médico, Dr. Enrique Paris, manifestara su preocupación frente a las reiteradas muestras de incapacidad por parte de este Gobierno, para avanzar de forma eficiente; puesto que a la fecha se ha entregado sólo un hospital de los prometidos, que por lo demás, al ser un recintos pequeño, este no resolvería los graves problemas de falta de camas. Por ésta razón el Dr. Paris ha planteado la idea de reestudiar la concesión de los hospitales con todos los resguardos necesarios en especial porque el país tiene problemas económicos graves y no cuenta con los fondos suficientes para esta tarea. Idea que ha sido rechazada solamente por razones ideológicas por la Nueva Mayoría, pese al balance positivo que se hace de ello.
A la histórica deuda hospitalaria, se suma que en 2 años se ha duplicado la lista de espera de las cirugías no AUGE y la lista de patologías AUGE, donde se concentran las enfermedades más graves y caras y que por ley está garantizada su atención; por lo tanto estas listas de espera y retrasos no debiesen existir. Por otra parte, la ley Ricarte Soto, ha sido objeto de múltiples críticas, puesto que las terapias que fueron incluidas en esta ley no son las más adecuadas, de hecho, ni siquiera cubre la enfermedad (el cáncer de pulmón), que padecía quien inspiró el nombre de la ley. Sin ir más lejos, la propia Ministra de Salud ha reconocido las dificultades en su implementación, ya que sólo se ha podido beneficiar a 2.000 pacientes y no a los 20.000 como se había prometido.
Nunca antes como en estos últimos 27 meses ha quedado más indiscutiblemente claro que la superioridad que se ha arrogado por décadas la izquierda respecto de la salud pública, no es más que un mito, alimentado pacientemente con slogans y falsas promesas. Porque si bien un Gobierno puede equivocarse una vez, tal vez dos veces, pero cuando se cambia cinco veces el plan de inversiones del Ministerio de Salud en menos de 2 años, es evidente que las cosas se están haciendo muy mal, improvisándose sobre la marcha y sin contar con equipos de la calidad técnica que exige no sólo una inversión de tan enorme envergadura, sino por lo delicado del tema que aborda, son vidas no juguetes.
Susana Verdugo Baraona
Médico Pediatra y ex Gobernadora de Limarí
La obra se concretó, gracias a la inversión que realizó el municipio de Ovalle, con recursos propios, por un monto que bordea los 25 millones de pesos, que permitieron recuperar este espacio y dotarlo de áreas verdes, juegos infantiles y máquinas de ejercicios.
