¿Quién no ha estado en los últimos días haciendo una fila para adquirir un producto en un local comercial? Yo creo que muy pocos.
Si se hace un recorrido por las calles céntricas de la ciudad es posible observar filas de personas esperando turno para ingresar a un local comercial para hacer compras o en busca de un servicio. Filas en supermercados, en Bancos, en tiendas para pagar una cuota pendiente, una farmacia… ¡y hasta en ferreterías!.
El “protocolo” (para utilizar una palabra de actualidad) es que los clientes esperen en la fila, separados por una distancia prudente (algunos supermercados incluso han demarcado en el piso la distancia “social”), hasta que toque el turno de ingresar. Y a la entrada el guardia le pedirá sanitizarse las manos con un poco de alcohol gel y luego le concederá un tiempo para hacer sus adquisiciones en el interior. Por lo general ingresan seis clientes en cada turno.
Hay otras filas que son mas complicadas, como por ejemplo la de los adultos mayores para el cobro de sus pensiones, donde a menudo se hace dificil respetar las distancias, pues es tal la cantidad de usuarios que la aglomeración es inevitable.
Lo cierto es que lo ideal es que todos cooperen al momento de pasar por esta situación, evitando una proximidad con las personas que lo rodean, tomando precauciones mínimas, como el uso de una mascarilla, y evitando la impaciencia.
Pero si aún no le ha tocado estar en una fila hasta el momento, pierda cuidado que aun queda cuarentena por delante. Ya le tocará su turno.
En un supermercado… En la puerta del banco.