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Salvavidas de plomo.

La aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la Reforma Constitucional que permite a los afiliados retirar el 10% de sus cotizaciones previsionales para enfrentar la crisis por la pandemia, no fue más que el inicio de un mal presagio.

Es lamentable que gran parte de los honorables se dejaran encantar por medidas populistas y engañosas, de las que ya hemos sido testigos en innumerables ocasiones como son la reforma al sistema escolar y su famosa y desastrosa tómbola, que tantos dolores de cabeza y angustia ha acarreado a cientos de familias; la mentira de la gratuidad universitaria, entre muchas otras, esa sería una opción y prefiero pensar que los que votaron de esa manera se inclinaron a pensar así, pues el pensar que lo hicieron netamente con el afán de “aprovecharse” de la desgracia de los más vulnerables para conseguir votos y poder para en un futuro sacar ventajas electorales de ello, sería absolutamente inmoral.

Aunque la verdad, me cuestiono bastante que para los parlamentarios de izquierda, la primera opción que nombré fuera su norte, pues es de conocimiento público que el objetivo de muchos de ellos es socavar la institucionalidad del sistema previsional de capitalización individual, ya que añoran poder ser ellos los que manejen ese dinero y así poder financiar todo tipo de iniciativas que les sean electoralmente convenientes. El pensar algo distinto de lo que hay tras esta iniciativa y de la que la oposición ha sido su principal defensor, nos estaríamos dejando embaucar en el plano de una negligencia palpable.

Esto porque, esta famosa ley del 10% contempla que el Estado devuelva esos fondos “a las personas”, pero no a las AFP, sino que a un ente estatal creado para ese propósito y cuya administración recaería por supuesto, sobre burócratas dependientes del poder político, no sobre profesionales que sepan administrar el dinero y que tengan la suficiente independencia y capacidad para la toma de decisiones, así que es bastante conveniente y hecha a la medida de los parlamentarios y sus “amigos” esta ley.

Realmente se tiene que ser muy incauto o de plano negligente e irreverente con el fututo tanto de uno y el de los demás, al pensar que los honorables están ayudando a las personas con esta ley, siendo que lo que en realidad hacen es darles un medio por el cual se empobrecerán aún más y aunque suene paradójico es así ya que la nueva propuesta contempla que las personas puedan retirar mínimo $1.000.000 y máximo $4,5 millones, “limitado” al 10% del ahorro acumulado, hasta ahí todo “bonito y perfecto”, pero eso es en el papel, porque en la práctica si la persona tiene menos de $10.000.000 acumulados, igual podrá retirar el mínimo de $1.000.000, lo que claramente es más que este “tope” del 10%, transformándose por lo tanto, en letra muerta, porque por ejemplo si uno tiene $5.000.000 acumulados de ahorro en la AFP, igualmente podrá retirar el millón de pesos a pesar que eso equivaldría al 20% del total y no al 10%.

Ahora la mayor pregunta y que al parecer nuestros honorables no se la hicieron es ¿cuántas personas que cotizan han acumulado menos de $10.000.000?, según la Superintendencia de Pensiones, de un total de algo más de 10.9 millones de aportantes, tienen en sus cuentas 7,65 millones de pesos es decir que el 70% de las personas tiene menos de $10.000.000 pesos acumulados y de querer hacer uso de este retiro, estarían sacando más del famoso 10% que dice la ley en papel. De hecho, casi 7 millones de personas tiene entre 55 años o menos y 5.5 millones de esas personas que son menores de 55 años mantienen menos de $5.000.000 acumulados en sus cuentas de AFP, es decir en palabras simples, que la ley le permitirá a casi la mitad de los aportantes sacar 20% o más de los fondos que mantienen en las AFP y no un 10% como dice el titular.

Nuevamente nos encontramos a los políticos, siendo indolentes, negligentes con el futuro de cientos de compatriotas, jugando con las ilusiones, y el futuro de millones, haciendo gala de su irreverencia y jactándose de estar dándole un salvavidas al pueblo, cuando la verdad el salvavidas es de plomo.

 Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl