InicioOpiniónOpiniónSitio Arqueológico “El Olivar”: Un daño irreparable al patrimonio regional y mundial.

Sitio Arqueológico “El Olivar”: Un daño irreparable al patrimonio regional y mundial.

Este desastre de graves consecuencias ya cumplió cuatro años desde que se conoció en julio de 2015 y que no pudieron ocultar, aparte de confirmar que es de un valor patrimonial e histórico difícil de dimensionar, también nos dejó en claro, que hubo negligencia y poca prolijidad en revisar, si en dichos terrenos había restos arqueológicos ya que, revisando el libro “Prehistoria de la Región de Coquimbo – Chile” de don Gonzalo Ampuero B. de 2010, se consigna en las páginas 14 y 15, que don Francisco Cornely a quien el autor considera que; “no se podrá escribir una verdadera Historia de la Arqueología Chilena sin considerar a Cornely como uno de los iniciadores de los estudios arqueológicos en Chile.

La obra de Cornely en nuestra región, parece de proporciones casi increíbles”,  “En 1933 se traslada con su familia a La Serena, inicia sus primeros trabajos arqueológicos en El Olivar, añadiendo, de esa forma, información sobre el Valle de Elqui” ”Don Francisco, antes de 1938 había iniciado excavaciones de los cementerios ubicados en las Compañías, al norte de La Serena, cuyos resultados ya había dado a conocer en incipientes publicaciones” (Idem, obra citada).

Estas afirmaciones hacen imposible pensar que al realizar el proyecto de doble vía, fueren “omitidos” estos antecedentes, dado que todo estudiante de arqueología debería tener conocimiento de estas referencias, más aún cuando existen planos de 1929 de Samuel Lothrop y de 1933 de Cornely que dan cuenta del sitio en cuestión. Ante este panorama, debería ser enérgico el accionar del Estado para ejecutar una “Puesta en Valor” de este sitio, que de alguna manera, pasa a ser el lugar de mayor relevancia de todo el norte semiárido, donde hasta el momento se han detectado cuatro culturas (Molle, Ánima, Diaguita y Diaguita Inca), arqueológicamente distintas que ocuparon un mismo espacio físico. El sitio además nos va a entregar mucha información notable, no solo de la tradición fúnebre de los antepasados, la cultura, su sociedad, sino también de la vida cotidiana acaecida en dicha zona y más aún, sabiendo que es un gran asentamiento humano.

No podemos, por un asunto económico, dejar que se continúe dañando el sitio, más aún, teniendo presente que solo se realizó una intervención mínima de una franja de 380 metros de largo por 55 metros de ancho, que equivale casi a un dos por ciento de un total de cuarenta hectáreas. Por los antecedentes recolectados se han efectuado 214 hallazgos en contexto funerario y no se han trabajado los conchales ni las áreas de uso doméstico. Paralelo a ello, se ha podido saber algo de su alimentación cotidiana, ejemplos de esto es la presencia de; jurel, merluza, pejesapo, guanaco, llamas, entre otros. Además es interesante destacar el estudio que llevara a cabo la Universidad de Chile, ya que nos dará a conocer parte del genoma humano y de esta manera se podrá determinar el origen de este pueblo originario.

Esperamos que las autoridades de la región y del Consejo de Monumentos Nacionales pese a que la situación es compleja, exijan la protección del sector ya que no tomaron las medidas previas frente a esta situación y, por ende, la solución debe estar enfocada en promover la protección y preservación del sitio para su conservación en pos del disfrute de las generaciones venideras y no para salvaguardar las pérdidas de los ejecutores del proyecto de la doble vía y sí se tiene que rediseñar otra variante, que así sea, y  además que los responsables asuman.

OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS

OvalleHoy.cl