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Un derecho, un deber.

Comenzó la campaña de vacunación contra la influenza, enfermedad que por lo general aparece durante el invierno y que en algunos casos puede acarrear graves consecuencias. Es por ello que como política sanitaria se ha establecido que por esta época del año, comience la vacunación contra este virus y así lograr una “barrera” sanitaria que vele por la salud de toda la población y en especial los segmentos más vulnerables de nuestra comunidad, la llamada “población objetiva”.

Dentro de esta población encontramos a las personas mayores de 65 años, a todas las embarazadas independientemente de su tiempo de gestación; a los niños desde los seis meses, hasta los que cursan quinto básico, a los enfermos crónicos entre los 11 y 64 años, al personal de salud, ya sea del sector público o privado, familiares y personas que viven en un mismo hogar con un prematuro, para generar una especie de estrategia capullo, entre otras.

Esta vacunación no es garantía de que uno no se enferme, es un mito que vacunándome contra la influenza, me estoy protegiendo de no enfermarme, lo que hace esta vacuna como también la vacuna contra el Covid-19, es protegernos del mal mayor que pudiera producir el virus en nuestro cuerpo. No evitará que nos enfermemos, pero probablemente, preparará a nuestro cuerpo para que este tenga una adecuada respuesta inmune y así evitar que debamos ser hospitalizados a causa de la enfermedad, o depender de un soporte vital externo o morir a causa de la misma. Si bien, tampoco es garantía que no pasemos por ello, si son útiles para resguardar y salvar vidas, como son por ejemplo las vacunas contra el sarampión, la viruela, la tuberculosis, el coqueluche o también conocido como tos convulsiva, estas son vacunas que definitivamente salvan vidas.

Sin ir más lejos, en la Cumbre del Milenio realizada en septiembre del año 2000, los dirigentes de más de 190 países, firmaron por aquel entonces la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, en la cual ratificaron la importancia de las inmunizaciones como una estrategia de salud pública que aporta al bienestar y reduce la morbimortalidad de los seres humanos y aquellos padres que se niegan a vacunar a sus hijos, no solo los privan a ellos de la protección que la inmunización confiere, sino que además aumentan la posibilidad de que la comunidad toda se vea expuesta a contagios, brotes o epidemias.

Un dato importante a tener presente es que la vacuna contra la influenza debe tener a lo menos entre 14/15 días entre su postura y la última aplicación de la vacuna contra el Covid-19 y es ideal que no sólo la población llamada objetiva o grupo de riesgo se vacune, sino también las personas que se relacionan con ellas como su grupo familiar por ejemplo, porque así se puede generar un mini “efecto rebaño”, pues se minimizan las posibilidades de trasmisión e infección del virus en el hogar y el entorno al estar un poco menos vulnerables, ya que la influenza, también conocido por algunos como gripe, es una enfermedad altamente contagiosa que se puede propagar a través de un simple estornudo, al toser, mediante secreciones nasales, etc.

No está de más recordar que mantengamos el distanciamiento social dentro de lo posible, el constante lavado de manos, mantener los ambientes ventilados que las condiciones de encierro ayudan a la propagación y trasmisión de las enfermedades, como también el realizar diariamente y si se puede con una mayor periodicidad la limpieza de superficies de contacto como son manillas, control remoto, teléfono, teclados, etc. otra recomendación que es de perogrullo es que al estornudar o toser cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable o con el antebrazo y no con la mano descubierta, debiendo en el caso de ocupar un pañuelo desecharlo inmediatamente.

Como ya lo he dicho en otras oportunidades, seamos conscientes y responsables, cuidémonos, la vida es un regalo precioso que debe atesorarse, no seamos egoístas al exponernos innecesariamente porque piensa que no le va a pasar nada, aun cuando esta vacuna puede ser efectivo que a usted no le ocurra nada o puede que pierda la vida por su imprudencia, pero puede que por su temeridad exponga a un inocente, así que a cuidarnos todos, que juntos saldremos adelante.

Susana Verdugo Baraona

OvalleHoy.cl