A raíz del clima raro, del punto de vista político y convivencia que nos hallamos, he encontrado a ciudadanos arrepentidos por haber apoyado a NM. Otros me han dicho: tengo la conciencia muy tranquila, pues no voté por Michell, ella mostró en su primer gobierno, escaso liderazgo e incoherencia en su discurso. Al reunir, en la coalición, a diestros y siniestros. A agrupaciones instrumentales por el poder que, más se parecen por su actuar, a la Camorra. La coalición reunió desde: pro estatistas que querían demoler el libre mercado, hasta los partidarios de continuar haciendo ajustes. El resultado de esa coalición por retomar el poder, como todos sabemos, obtuvo mayoría Bachelet en un segundo gobierno.
Después de un año, por el rechazo a su gestión del 61% y su aceptación del 31% y sus atributos principales como líder por el suelo. El país se ha sumido en la mediocridad, porque los cambios que propuso venían de las revueltas de la calle, la que sin duda, indicaba problemas pero no soluciones. Demandas que traducidas en el programa de NM, resultó muy poco pensado y contradictorio, en especial, para una economía competitiva abierta al mundo, como la de Chile. Tomaron “a la papa” las consignas de los estudiantes, como: fin al lucro, terminar con el libre mercado, educación universitaria gratis y de calidad, etc. Pero los proyectos de ley enviados al legislativo siempre tenían “algo escondido bajo el poncho”. Como: restar espacios de libertad y desarrollo de los privados. Todo en pos de un mayor Estado que no se mostrado a la altura de los requerimientos de eficiencia. Así, el razonamiento mayoritario, consideró que las reformas de educación y tributaria, no eran las adecuadas. Más aún, si estas se estaban realizando sin consenso y a matacaballo. No aseguran la calidad por ninguna razón, al contrario, nivelando hacia abajo nos conducían a la mediocridad, muy parecido a lo sucedido a: Argentina y Brasil; por que no decirlo, a Venezuela, también inspirada en el socialismo fracasado. Curiosamente los cuatro gobiernos gobernados por cuatro socialistas. Triste destino de estos pueblos que creen en ideologías que aplican modelos de desarrollo que no han funcionado, pues han ralentizado los países y restando, poco a poco, las libertades y sus estados se han tornado muy pesados. La delincuencia ha aumentado, existe desgobierno, la corrupción se ha enquistado en el aparato público y en toda la sociedad.
La razón, de porque les ocurrió de la situación catastrófica de los pueblos nombrados, es porque no supieron elegir, apropiadamente, a sus gobernantes. Seguramente, fue por ignorancia, un terreno fértil para la demagogia. También, la ciudadanía, se sumió en la flojera, la decidía y el escaso amor a la patria. Igual, siempre podemos sacar algo positivo, una experiencia, aunque sea dolorosa. Lo importante, en Chile, es que estamos parados en donde estamos. En el camino del mejoramiento de las expectativas y de un cambio de rumbo. Igual, en el creer en nuestras fortalezas, es el gran poder que hemos mostrado, para retomar la senda cuando nos extraviamos. Es tarde para lamentarse, después de la oscuridad de la noche…siempre viene el amanecer.
Afortunadamente, en los ciudadanos, hay un cambio de paradigma, conocer el gran poder de los ciudadanos informados y conectados organizados en gremios y movimientos ciudadanos. Los que han reaccionado, pidiendo enmendar los deficientes proyectos de leyes, las malas actuaciones del gobierno y el aparato público. Igual, los mismos, han condenando a los empresarios privados que han abusado, faltado a las leyes y la ética. Es el poder de crear conciencia que cada uno tiene. De constatar, como el Estado, en cada ley, los quiere quitar un pedazo de espacio, los va ahogando con impuestos y con cambios que le significan un mayor costo de vida. Recursos que por lo demás, caerán en un saco sin fondo si el Estado y los políticos que lo mueven no se transparentan.
El ver como el Estado que, sólo aporta el 20% del producto, y desaprovecha al 80% de los emprendedores privados al denigrarlos, con el epíteto: los poderosos de siempre. Se valen de ejemplos negativos, de malas acciones de privados, haciendo un juicio público mediático sin precedentes, ni en EEUU se televisan las audiencias de formalización. Falta de sinceramiento y verdad para juzgar. La verdad debe primar por sobre todo, porque el gobierno trata de esconder bajo la alfombra la realidad. Pero ya no es posible ocultarla, una bomba ya explotó en el mismo palacio de gobierno, otras bombas están con la mecha encendida esperando la detonación. Pero unos trataron de apagar la mecha y otros, afortunadamente, la vuelven a encender. La olla está con presión está apurando la causa que todo salga a flote. La consigna que ha primado es mantenerla tapada, esa parece era la consigna. No destaparla, sino se perderán cuotas de poder, “pitutos” y prebendas.
Si creemos en cultivar la verdad debemos procurar crear. Pero si no dejamos que la verdad salga, se deja de creer. Se pierde la credibilidad en la clase gobernante y se colapsa. Para crear, previamente, hay que creer. En política nos han vendido la pomada que, el de la otra vereda es el malo, como si todo fuera blanco o negro. Que todo lo obrado hay que hacerlo de nuevo, hay que destruir desde los cimientos para volver a construir nuevamente. Con esto se llevan de por medio todo lo avanzado, las creencias e identidades que se han forjado. Parece ser que, en este proceder, el fin justifica los medios, echar tierra a lo malo, eliminando también lo bueno en pos de conseguir “el poder por el poder”. Lograr nuevas y mayores cuotas para cada partido… de la sabrosa “teta” estatal. Para alcanzar los objetivos hay que poner pie al acelerador, antes que los “pillen chanchito”. También, para aquietar los ánimos, hay que prometer, como es tomar medidas de corto plazo para ver que se está haciendo algo. Formar una comisión, una vez más, para la transparencia. Seguramente, para tapar con un dedo la podredumbre y el hedor que se escapa; mientras tanto, pisoteas al contrario que, también cae en faltas. Es para paralogizarlo y que no reaccione. En el arte de atacar para defenderse, hay varios estrategas, pero no para prever los desastres y sus muertes.
La razón se pierde, porque la razón colectiva pasa a ser es un sistema de creencias impuestas por el miedo, como es a perder puestos, posiciones sociales o prebendas. Se dice, hay que luchar por la igualdad, cuando mediante sueldos abultados (impropios de una economía en desarrollo con inequidad), mediante prebendas, tajadas, nepotismo, etc., la clase gobernante corrupta, se transforman en los nuevos ricos. En los mismos que, ellos dicen aborrecer. Por eso no se les cree y viene la frustración. Se explica, la frase vertida, en el curso de la tragedia de Chañaral: “señora no me venga nuevamente a mentir”. Es la misma sensación que, se ha instalado en la opinión pública, manifestada en las encuestas… la disminución de la credibilidad de nuestras autoridades e instituciones.
El lema del que no tranza no avanza, es real. Si quieres imponer, no resulta. Eso es propio de los gobiernos totalitarios que no tienen corazón, porque, para la ideología, la mentira y las medias verdades es lo políticamente correcto. El que destapa la olla… es un desleal… es la orden del partido capturado por los corruptos.
Todos tenemos la culpa de lo que nos sucede, compramos dogmas, a cambio de una vida acomodaticia y de gran ignorancia, por eso nos sucede una y otra vez. Creo que hay que abrir los ojos y seguir el camino de los poetas locos que creen en el amor, en la obra del creador, de la belleza perfecta. Hay que creer en que la iluminación o sabiduría… es la solución. Pero parece que, para algunos, es mejor la ignorancia, pues la mejora en la calidad de la educación, es sólo para cumplir con lo que dice la calle. La consigna es: Mejor nivelemos para abajo, la meritocracia no sirve. Hay que cambiar el paradigma, en el creer que se puede crear mediante una reforma real de la educación. Es fundamental, para encontrar el camino y crear más progreso y felicidad.
Se necesita fe para el creer y luego crear, ahí está la conexión. Cuando uno empieza a quitar el juicio de la mirada, a ver de otra forma lo que tenemos, olvidándonos del pasado y estando en el presente, no podemos separarnos de la vida, y de que somos parte de la creación. Que mi mirada y tu mirada, somos parte de la creación y que todos tenemos un propósito que cumplir… el de crear. Porque la naturaleza, con su belleza y magnificencia, aún con sus desastres naturales nos maravilla de cómo resurge la vida y nos pone a prueba. Estoy seguro que nos recuerda, para que no seamos tan irresponsables con ella.
No puede ser que en Chile, no existan los suficientes helicópteros y aviones para los desastres naturales que vienen periódicamente en su lo larga y ancha geografía. Pero no puede ser que, la piedra de tope del desastre del aluvión del Norte, con pérdidas de vidas humanas, sea el jefe de meteorología. Removido por alertar al gobierno del temporal y las autoridades y estos no hacer nada preventivo o paliativo. De este modo, se repite el actuar de las autoridades del 27 F con la misma cabeza liderando. Parece ser que, la ONEMI, hay que mantenerla, así no más funcionando, con suches de poca monta… para ser usarlos como verdaderos “fusibles”. De esa manera, el proyecto de ley, de la nueva ONEMI duerme en el legislativo, por no tener urgencia. El pueblo del Norte, de Valparaíso, todos los incendios de parques naturales y bosques tiene que esperar una vez más. Es más urgente cumplir el malévolo programa de gobierno, pleno de leyes que crean más desconfianza e incertidumbre. La verdadera mentira, o las medias verdades priman sobre la verdad.
Debemos destapar la olla, antes que nos reviente en nuestra propia cara y seamos considerados culpables por no haberla destapado a tiempo. La patria nos convoca. Quisiera que los cuatro gobernantes que, encarnan malos gobiernos en nuestra América, los gobernantes: Cristina, Dilma y Michell, en especial, a Maduro, como cuatro jinetes que, han luchan y han conducido a sus pueblos por los caminos errados y del mal, me gustaría, que cambiaran de rumbo y lucharan, para derrotar la pobreza, la falta de trabajo, por la educación, salud y la justicia. Combatieran la corrupción, la delincuencia, el terrorismo y fueran paladines del respeto de los derechos humanos. Lucharan contra el populismo con la verdad para poder creerles y puedan crear y querer un poco más a sus pueblos.
Rodrigo Carmona Castex
Ovalle, 04 de abril 2015