Esta semana, fue una semana de grandes acontecimientos, comenzando con la celebración del aniversario número 94 de Carabineros de Chile, a quienes nuevamente quisiera saludar públicamente por su valentía, por su real y verdadera vocación de servicio, por el sacrificio y compromiso que tienen con la comunidad y que lo demuestran día a día al exponerse en pro del bien común, pues su abnegada entrega será recordada hoy y siempre.
Sabemos que estos últimos años han sido duros, sobre todo este último año por la pandemia que afecta al mundo, pero ustedes han demostrado una vez más su incansable vocación de servicio, su profesionalismo, su compromiso y porque no decirlo, su corazón. Es lógico pensar que para ustedes tampoco ha sido fácil, pues han tenido que sortear jornadas extensas y agotadoras, faltas de respeto, enfermedades, la partida de sus propios familiares y seres queridos, pero siguen “al pie del cañón” sin bajar los brazos a pesar de las adversidades y eso demuestra su gran amor patrio.
La pandemia continuará, pero estoy segura que ustedes seguirán “poniendo el hombro” y cuidando a la comunidad, su tarea no es para nada fácil y muchas veces no es valorada, pero si existe algo que jamás debe ser puesto en duda es que son del débil el protector, los guardianes de nuestros sueños y seguridad, como dejara plasmado en el año 1954 en una libreta de patrullaje en un pequeño reten Lucila Godoy Alcayaga (Gabriela Mistral), nuestra poetisa y ganadora del premio Nobel de literatura, “Gracias a los que velan desvelándose. Ustedes son sin saberlo, los guardianes de nuestros sueños y la conciencia de la ciudad”.
Carabineros de Chile es una institución sólida, cuyo prestigio ha trascendido nuestras fronteras, pues son varios los países latinoamericanos que envían a los integrantes de sus policías a perfeccionarse en las escuelas de formación que éstos, pues que tienen un gran prestigio internacional y así lo han manifestado diversos turistas que han visitado nuestro país al reconocerles un gran profesionalismo y honestidad, cuya presencia podemos encontrarla de mar a cordillera, desde el desierto en el norte hasta la Patagonia en el sur, en grandes centros urbanos, como en villorrios y comunidades rurales apartadas, haciendo patria, lugares que muchas veces no tienen comodidades y son de difícil acceso, pero permanecen firmes custodiando nuestras fronteras, solos, en estos parajes inhóspitos, pasando algunas veces frío o hambre, pero que aun así su espíritu no flaquea o cuando se enfrentan a delincuentes, a narcotraficantes, auxilian a un enfermo, una embarazada, le dan una palabra de aliento y comparten un té y su comida con una persona vulnerable que está en situación de calle, a todos ustedes, gracias infinitas.
Ser Carabinero no es un trabajo como cualquier otro; sino que es un servicio, una vocación, así que gracias por su entrega día a día, por entregar la vida si fuera necesario por el prójimo incluso sin conocerlo, gracias por velar nuestro sueño, gracias por permitirme besar a mis hijos a mí marido y a mis nietos, gracias por acudir siempre cuando se les necesita, gracias por ayudarnos en cada desastre natural que nos azota, gracias por hacer de Chile un lugar más seguro, gracias por ser del débil el protector, gracias por ser un amigo en nuestro camino, gracias por su servicio a la Nación.
Susana Verdugo Baraona.