La vocación y el sueño de dos emprendedores ovallinos darán vida a una nueva propuesta gastronómica en nuestra ciudad, “Al Comensal”, inspirada en los sabores de Italia pero que define su identidad incorporando los productos del Limarí y pone el énfasis en el servicio a los clientes. Un espacio que será inaugurado a fin de mes.
Hace cuatro años que Pablo Venegas, un joven cocinero que estudió en el Inacap de La Serena, se propuso iniciar su propio negocio. Luego de haber trabajado durante seis años en el rubro gastronómico y la hotelería en destacados lugares como Puerto Velero de Playa Blanca y el Hotel Limarí, junto al reconocido chef Juan Ruilova, estaba seguro que podría hacer algo más.
Convencido de sus capacidades y gracias a la experiencia que había adquirido empezó a realizar pequeños eventos, “con la familia, con los amigos, cocinando en cumpleaños”, hasta que llegó el momento en el que le estaba yendo muy bien, así que quiso invertir. En el 2010 oficializó su servicio de banquetería, junto a Sebastián Araya Jopia, quién es chef de Altos de Tuquí.
Poco a poco fueron creciendo y de atender a 50 personas pasaron a elaborar cocktails y comidas para más de 120 personas, incluyendo en sus ofertas cenas románticas a domicilio. Según nos cuenta Pablo, “el objetivo de ese proyecto fue transformar la casa de la persona en un restaurant, y en vez de que tú vayas hasta allá, porque hay un niño pequeño o algún inconveniente, nosotros vamos a las casas y hacemos el evento como si estuvieran en un restaurant”.
El próximo reto
Luego de este emprendimiento, decidió asumir un nuevo desafío y se asoció con su cuñado Rodrigo Rojas para transformar la banquetería en el restaurant “Al Comensal”, con la firme idea de “ser los mejores”.
Para este joven cocinero los restaurantes que hay en Ovalle son buenos y tiene mucho respeto por ellos, pero repara en el hecho de que la alternativa culinaria “varía en un 25%, de ahí que tengamos un enfoque más radical en la gastronomía y en la ornamentación, en donde queremos jugar un papel fundamental, con un toque funcional, europeo y del Limarí”, aseguró Venegas.
Además, adelanta que otro de los detalles que marcarán la diferencia será el servicio del garzón, el que será formal y personalizado, pero en donde el cliente se sienta en confianza.
En cuanto a la cocina, Pablo junto al chef de Altos de Tuquí se encuentran trabajando en la preparación de la carta, la que será muy variada y combinará “los productos de Italia con los del Limarí, vamos a hacer una mezcla de ambos sabores y esa es la gastronomía que vamos a ofrecer en nuestras mesas “.
Una apuesta gastronómica diferente, con la cual quieren rescatar los sabores del Limarí, sus aceites de oliva, el queso de cabra, las distintas variedades de charqui. El 60% de la carta será comida italiana, pastas, risotto, variedades de carnes, pero también hay una preocupación por elaborar platos vegetarianos, en donde se incorporarán muchos productos de la zona.
En la carta de bebidas que ofrecerá “Al Comensal” también se rescatará y promoverá lo local, ya que estos jóvenes emprendedores quieren que su clientela tomé cerveza artesanal local, vinos de la zona, jugos naturales de la zona, y que tengan como última opción las bebidas gaseosas.
Sin miedo al fracaso
A pesar de que Pablo admite que la inversión que está realizando junto a su socio es “bastante considerable”, porque deben equipar por completo el restaurante que se ubicará en un local de calle Vicuña Mackenna (#650), que no estaba habilitado para este tipo de negocio, afirma que no tiene miedo de fracasar en esta aventura.
“Llega un momento en que estás tan consciente de que vas a hacer bien un trabajo, tienes un gran equipo y estás invirtiendo mucho en ornamentación, la cocina y el servicio, además tenemos muchos clientes de la banquetería y felicitaciones por facebook que no me da miedo invertir y tener algún fracaso. Tal vez en los primeros meses va a ir menos gente de la que pensamos pero no tenemos miedo porque somos buenos en esto y tenemos 4 años de experiencia”, nos comenta entusiasmado.
Por último, Pablo nos dice que quiere que los identifiquen por su vocación en la cocina y porque son jóvenes emprendedores que estarán al servicio de los comensales ovallinos.
Por Claudia Guerra Calderón