Los funcionarios Raúl Araya y Guillermo Villar cumplen este mes de julio 40 años de servicio en el Museo del Limarí y comparten sus experiencias al haber sido parte del desarrollo de esta unidad del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural en la capital de la Provincia del Limarí
Llegaron como dos jóvenes buscando un lugar donde trabajar en la década de los ochenta y hoy con cuarenta años de labores evalúan lo que ha sido desarrollar el servicio público desde el Museo del Limarí.
Si bien
es cierto, ambos funcionarios llegaron juntos durante el mes de julio de 1980 a
trabajar al Museo del Limarí, Raúl Araya es quien tiene mayor experiencia,
aunque para el Servicio Nacional del Patrimonio ex Dirección de Bibliotecas
Archivos y Museos, cumpla 40 años. Esto porque Raúl, cinco años antes trabajó
para el museo cuando la unidad dependía de la Sociedad Arqueológica de Ovalle y
además trabajó en casa de su fundador don Julio Broussain Campino, quien
entregara en la década del setenta al Estado la administración del museo.
Por
tanto, Raúl es un testigo de la historia del Museo del Limarí. Así lo explica:
«Cuando entré al museo era particular (enero 1975) estuve en esa etapa 5
años y en 1980 ingresé al servicio como dependiente de una unidad del Estado,
al igual que mis otros compañeros, Guillermo y Deisy (Farías, ahora jubilada
del museo). Creo que mi evaluación ha sido positiva. Ahora recordando lo que
fue en un inicio, de alguna manera fui guiando a Guillermo en algunas cosas que
yo ya manejaba desde antes y luego con el pasar del tiempo ambos fuimos
desarrollando conocimientos que hemos ido adquiriendo como por ejemplo para
hacer visitas guiadas, entre muchas otras. Siempre con Guillermo tuvimos una
muy buena relación laboral y en general creo que es una evaluación positiva
todo lo que hemos realizado en este periodo siempre marcado por un trabajo
intenso.»
Ante la
pregunta de cuál etapa es su favorita en el desarrollo del museo. Raúl explica:
«Cada tiempo tiene cosas positivas. Si hablamos desde los inicios del museo,
1980 en adelante, había una cercanía mayor y especial con la gente, eso era
positivo. Pero también en la actualidad hay una vuelta a trabajar directo con
la comunidad y siento que volvemos ahora un poco a lo del inicio a sentirnos
más cercanos con la comunidad pero ahora con la ventaja de contar con el apoyo
en la tecnología (internet y redes sociales). Siento que ahora se retoma esa
senda de integrarnos más a la ciudadanía. Creo que ambos periodos han tenido
cosas muy positivas».
Raúl
explica que haciendo un análisis a su aporte personal en el museo y lo que ha
representado para él añade, «Jamás pensé todo lo que iba a significar en
mi estar en el museo también ha sido de alguna manera entregar parte de mi vida
y seguir el legado de don Julio Broussain, quien fue mi primer jefe. Yo creo
que si don Julio viera lo que es hoy el museo quizás habrá cosas que no le
agradarían y otras que sí, pero sin duda que estaría contento de que nosotros
nos mantuvimos en el tiempo cuidándolo y engrandeciéndolo y queriéndolo como
algo nuestro y creo que hasta que nos retiremos lo seguiremos cuidando igual
tal como él lo hacía con cariño y compromiso».
GUILLERMO VILLAR
Por su parte Guillermo Villar, encargado de colecciones del recinto recuerda sobre esta etapa de su vida: «Estos 40 años han pasado muy rápido y solo sé que desde el momento en que llegué con mi compañero (Raúl) esto me trae muchos recuerdos y vivencias. Llegar a esta edad uno jamás se lo imagina, el haber llegado con esta experiencia a la actualidad y ver como se ha desarrollado la colección del museo. He visto como se van haciendo foco en distintos aspectos según van pasando las administraciones, con sus cosas buenas y malas».
«Es muy difícil resumir esta experiencia. Siempre le hemos puesto el hombro a lo que viniera y creo que una cosa que me deja muy conforme es que el museo quedará con sus colecciones depuradas y debidamente organizadas. Eso te llena el alma y enorgullece y el hecho de que has pasado por esta institución dejando un legado te da satisfacción, y de poder enseñar sobre el manejo de colecciones a compañeros de nuestra institución desde Antofagasta hasta Punta Arenas es sin duda un orgullo».
Por otra
parte, la dirección del Museo, encabezada por Marco Sandoval, destaca la labor
de ambos, por el grado de respeto, compromiso y voluntad con la institución
pública, pero también valoramos el trabajo con la comunidad, ya que a través de
ellos, la colección del museo ha podido ser conocida por varias generaciones.
Es importante señalar que para Raúl y Guillermo, no ha sido sólo un trabajo, si
no que ha formado parte importante de sus desarrollos profesionales y humanos.
Fuente: Museo del Limarí