En estos tiempos no es extraño ver o leer en las redes sociales mensajes extremos, sin lógica, violentos, insultos gratuitos, puteadas varias y motes políticos sin mucho sentido. Se evidencia así la pérdida absoluta del sentido común, (léase la columna de Daniel Matamala en La Tercera de hoy) si es que alguna vez lo tuvimos, claro.
Se hace presente la falta de respeto hacia el otro/a que piensa diferente.
Personalmente llevo años, cientos de años, reclamando y luchando, dentro de mis
convicciones y de mi limitado mundo, en contra de quienes nos sumergieron
en la más profunda de las separaciones
sociales, en salud, educación, previsión social, etc., todo lo que debería
estar protegido desde un modelo de estado de bienestar sin dejar de lado la
importancia de la propiedad privada.
Creo en eso. Tengo tanto derecho a pensar así como cualquiera, como todos. Sin
embargo basta entrar a un facebook o a
instagram para ver que quienes hoy se creen paladines de la justicia social
porque salen a marchar, son tan o más intolerantes que quienes nos han dado la
sociedad por la cual hoy reclaman.
“Quiero
irme de vacaciones” dijo una docente en su face y la atacaron con cosas
como que era una facha talporcual porque no podía ir de vacaciones cuando
existen personas que no pueden hacerlo
por falta de recursos, que sus privilegios aquí, que sus lujos allá y no sé qué
sarta de estupideces más. Los profesores, para que sepan estos tipos y tipas
que creen tener la razón, son trabajadores
patipelados alienígenas como tú y como yo, que han ganado lo que han ganado a punta de
huelgas y sacrificios, de estudios y
endeudamientos como cualquier otro y que si se van de vacaciones se lo ganan día a día en el aula. No es un
privilegio. No es un regalo como dicen estos jóvenes. Por ejemplo, en mi caso,
además soy un roto de la población que en aquellos años era la periferia de la
ciudad, allí donde la droga, el copete o los asaltos eran el pan de cada día.
Un roto que aun no termina de pagar su crédito universitario, es decir, un roto
como el pebre, picante, pero preparado, nieto de abuela analfabeta, roto que aún
conserva los mismos amigos de esa población y
roto que si voy 10 días de vacaciones a una playa es porque me saco la cresta en el año para ello. No me
van a decir estos paladines de la justicia social lo que puedo o no puedo hacer
con y por mi familia. Primero conoce, luego juzga. Y juzga por los actos, que
son los que definen a una persona
“Si ud no va a las marchas, después no vaya a cobrar los derechos que se logren” En serio ¿qué es eso? ¿Se imaginan que quienes lucharon porque las mujeres votaran, o quienes lucharon por los derechos de los trabajadores/as hubieran dicho algo parecido?. Sus muertes y asesinatos hubiesen sido en vano. Hay muchos que creen, que piensan, que tienen una postura respecto de los abusos que dieron inicio al descontento y estallido social y no necesariamente van a marchar. No es una obligación y no tiene que ver con su condición social o su pensamiento político. Simplemente es legítimo no querer ir a la marchas ¿Serán capaces de entenderlo quienes escriben esas cosas?
“Cuando te dicen que quieren paz..en
realidad lo que te dicen es que permanezcas sumiso y obediente y te dejes estafar
y saquear”. Entiendo que se refieren al gobierno
o a los políticos o a la élite, sin embargo, existen muchos que sí queremos paz Y NO SOMOS SUMISOS
NI QUEREMOS QUE NOS SIGAN ESTAFANDO O SAQUEANDO. ¿Entienden?. Se arrogan verdades, usan un lenguaje
que crea ideas y realidades. Por ejemplo, hace poco salió una foto de un
joven extranjero , quizás haitiano, siendo parte del saqueo a un Punto Copec en
La Serena y lo funaron por ser extranjero, que aquí lo habían recibido gracias a las política de Bachelet (a quien aprovecharon de insultar también) ,
que él por ser extranjero no debía robar así y etc., etc. ¿Qué significa
comentarios así? ¿Podemos deducir que el saqueo sólo es facultad de chilenos? O
es simple xenofobia enferma y extrema.
Si hablo(amos) de querer paz, si condeno(namos)
los asaltos y saqueos a microempresas familiares soy (somos) “fachos ql”. Si
condenamos los abusos , los asesinatos, las torturas; si clamo(amos) justicia por
el futuro cercenado de esos jóvenes que perdieron un ojo o la vista, si
despotrico(amos) contra los militares en las calles , soy (somos) comunista,
que quiero(mos) todo gratis, que soy
(somos) flojo (s). ¿En serio de aquí en
adelante eso va a ser así?? Debes
opinar, ver, sentir, creer, como ellos dicen o te caen las penas de las RRSS o
del infierno. Me pasó que en la última
columna que escribí y se publicó (es mi humilde e insignificante “opinión”, no “noticia” como muchos dijeron, muchos que nos saben la diferencia entre
una opinión y una noticia, lamentablemente),
estos jóvenes paladines de la justicia social y ejemplo de
solidaridad me embanderaron a puteadas y me dijeron de todo. Que si quiero
ir cine o a al futbol, me vaya a otro país; que si no me gustaba ver las ciudades envueltas en
lata era un consumista, materialista y varios epítetos más. ¡Como te juzgan sin conocer nada de ti y
además ni siquiera tienen comprensión
lectora! Impresionante el nivel de análisis de quienes publican en las
redes sociales. Incluso hasta a este diario lo tratan de sesgado o “amarillos” cuando aquí se da la oportunidad a todos
de opinar , a personas de la izquierda, del centro y hasta de extrema derecha. ¿En
serio vamos a vivir así? Yo y todos tenemos derecho a pensar distinto, tenemos
derecho a opinión , pero tenemos el deber de respetar al otro(a).
En las RRSS hablan de empatía, pero
evidencian no son empáticos (as). Hablan
de justicia social y hacen lo contrario. Creen tener la razón y no aceptan la
diferencia. Hablan de respeto a sus derechos y no respetan el de los
demás. Si serán ellos los encargados de
“mejorar nuestra sociedad”, ¡ufff!…esto no va a cambiar. Y eso no es todo, la mayoría de las veces,
profesionales que asumo con un mínimo de
discernimiento publican o comparten publicaciones como las nombradas y no son capaces de analizar si eso es así, si es justo o no, si ofenderá a alguien o no, no filtran,
no piensan, no analizan .
Es lamentable los susceptible que
estamos con todo esto. Es increíble de la intolerancia a la que se ha llegado,
e insisto, de la misma que nos quejábamos de la clase política o la elite. Se convirtieron o nos convertimos en eso que
odiábamos. Bajo estos parámetros, los
que han muerto, los heridos injustamente, los cegados por las balines y las
lacrimógenas habrán sufrido por nada.
Me quedo un mensaje que leo y releo,
que me parece más justo y me identifica, le moleste a quien le moleste: “si
ud. genera mensajes de odio y xenofobia, se alegra o ligitima la muerte de un manifestante o celebra la violencia contra la policía,
Usted es uno de los obstáculos más grandes para lograr el país que queremos.”
Simple.
Por K Ardiles Irarrázabal
Columnista