Por esas casualidades de la vida, llegó a mis manos un documento judicial que sancionaba a un comerciante “ambulante” por ejercer el comercio ilegal en la vía pública. En ese documento, había una frase desconocida para mí; de hecho, no lograba leer bien la primera palabra en manuscrito: “ESTESE” A LO ACORDADO. (Luego una firma).
Frase lapidaria ésta, según pude averiguar.
De esta manera sentenció escuetamente una Honorable Jueza de la República, ratificando así lo decretado con anterioridad.
Por cierto, de esta forma se terminó definitivamente con la pretensión de un comerciante “mal llamado” ambulante”, que infringió lo dispuesto en los Artículos 23 y 29 del Decreto Ley Nº 3.063 de 1979 sobre Rentas Municipales; el cual pretendía que le condonaran parte de la multa y le devolvieran la mercadería requisada.
Sin duda, nadie debería, ni podría yo de ninguna forma, festejar con la desgracia ajena, pensando en que quizás eso sentiría el afectado; sin embargo, válido también resulta, el “felicitar y agradecer” a esta distinguida y honorable Jueza, puesto que hoy en día, en nuestra ciudad, estamos siendo invadidos de una forma escandalosa por el comercio mal llamado “ambulante” que se está apoderando de las calles de nuestra ciudad. Por demás, un tema archí-conocido por las Autoridades y por muchos, y que su medio de comunicación a abordado varias veces; y no sólo el suyo.
Hay más que suficientes
con permisos “precarios”, como para que la Autoridad condescienda en la proliferación de éste tipo de comercio que ha aumentado con los
inmigrantes. Inmigrantes, que dicho sea de paso y en particular de los
migrantes Haitianos han encontrado una forma fácil de ganarse el sustento; como
presa fácil resultan Ellos de algunos “depredadores” que los están utilizando para realizar esta
venta ilegal, pagándoles un “sueldo” que no se ajusta a derecho “en ninguna
forma” y que resulta por lo menos cuestionable la procedencia de las
mercaderías. Éstos “depredadores”, no tienen uno, ni dos trabajando para ellos,
“más”; también hay chilenos (as) que
hacen lo mismo y tienen muy bien instruidos a los ciudadanos Haitianos que al
principio decían hasta los nombres de quienes manejan el negocio, hoy, cuando uno les
pregunta, dicen que es mercancía propia.
Estas personas se
“burlan” como quieren de la Autoridad y particularmente de nuestros Carabineros
que no dan abasto con tanta carga laboral. ¿Y los Inspectores Municipales, me
pregunto Yo???… Desgraciadamente no he tenido la dicha de verlos
desarrollando su labor fiscalizadora, hace muchísimo rato. ¿Acaso existe un
“abandono de su deber”?
Aaaahh… Ya
recuerdo. En una audiencia el Sr. Alcalde dijo que no los enviaba a las calles
para no exponerlos. Con ese pensamiento ningún fiscalizador y de ninguna otra
área o servicio debería salir a realizar su trabajo para no exponerse, no le
parece?
Y bueno… Luego, el vendedor callejero precedentemente mencionado, apareció con más mercaderías volviendo a la misma práctica por la cual fue sancionado. Y cómo no, si el comercio callejero les reporta grandes ganancias a estas personas.
Aun así, existen
los incautos que, además sin mayor conocimiento opinan diciendo: “Es mejor que
hagan eso, antes que anden robando” o, “Ellos tienen derecho a ganarse la
vida”. Pobrecitos… ¿Y nosotros qué, quién se compadece de nosotros?
Los que opinan nos
echan en el mismo saco que a las grandes tiendas, pensando que, porque con
esfuerzo y sacrificio tenemos y mantenemos un local comercial “familiar” aún en
tiempos difíciles, creen que amasamos el dinero a manos llenas. A eso le llamo
Yo: “No formar parte del cucharon que revuelve el fondo de la olla”, para poder
opinar con conocimiento de causa.
Por eso reitero mis felicitaciones a la Distinguida
Magistrada, tal vez, de esa forma se “cabreen”, y a
nuestros Carabineros que no bajen los brazos; es más, hay que buscar la forma
de abordar de manera más efectiva esta situación y que estos personajes no
corran en fila india, riéndose de la autoridad.
Hay que “requisar”, y volver a requisar, no hay otra alternativa… o sí??? O sino pongamos todos de acuerdo y rompamos todos las leyes, si finalmente la ley pareja, no es dura.
Atte.
Cecilia Campusano.