Ovalle es una ciudad privilegiada. Llegan a dormir cientos de Loros Tricahue al atardecer. Son parte del paisaje nocturno de la salida norte de Ovalle. ¿Y si los loros reemplazaran a las palomas de la plaza?

Las palomas han sido puestas en lo más bajo de la lista de animales favoritos. Al nivel de decir que son ratones con alas, bestias portadoras de grandes infecciones que llenan de pus el cuerpo. «Qué asco, no las toques» dicen por ahí. Calificadas como plaga, grises y torpes se cruzan entre las personas picoteando lo que les den, se oscurece el día y se duermen.
El loro en cambio es más connotado. Como el pudú, el puma, el pingüino, entre otros, son especies muy raras y difíciles de ver. Declarados en peligro de extinción por el SAG, nadie puede darles caza ni capturarlos de mascotas.

Son hermosos los tricahue, con sus colores brillantes y coloridos. Su canto inconfundible y sus colas puntiagudas. Pueden aprender a silbar y decir algunas palabras. Claro que durante el día se portan un poco mal con los agricultores. Bandadas de loros devoran plantaciones de nogales (y las nueces valen oro) y otras frutas.
Cientos de loros llegan en cada atardecer cuando cae el sol a los cables de luz de la ciudad de Ovalle para dormir y descansar. Especialmente en la salida norte, a la altura del cruce entre calles Magallanes Moure, Vaticano, Omar Elorza y Manuel Peñafiel. Estos loros se han acostumbrado a la cercanía con los humanos, aunque tímidamente se acercan al menos a la ciudad, anidan en los cerros del interior.
Intentemos ahora un ejercicio de fantasía. La especulación abre las fronteras de la mente. Imagine entonces lo siguiente: los loros llegan a la plaza de Ovalle y en una épica batalla logran matar a las palomas que deben huir a refugiarse a los cerros.
Quedan los loros en la plaza y los humanos empiezan a darles maíz, los loros anidan en las palmeras. Aprenden palabras, a silbar, se aparean y se multiplican. Un par de años y la plaza de Ovalle se transforma en una plaza con coloridos animales revoloteando. Una plaza única en el mundo.
Por: Ignacio Zuleta Pereira.
PD: Personalmente no considero que ninguna especie está por sobre la otra. Los humanos consideran a los perros y gatos como merecedores de cariño y por el contrario consideran a cerdos, peces, vacas, corderos, etc, como simples objetos de alimento.